INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Los desertores del Espiritismo ( 2ª Parte)
2.-Lo que deducimos del fenómeno de la Transcomunicación.
3.- Las razas Adámicas y la ley de la Reencarnación
4.-¿ Qué impulsa a los Espíritus a regresar a este mundo?
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LOS DESERTORES DEL ESPIRITISMO (2ª PARTE )
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¿Debemos colocar entre los desertores del Espiritismo a los que se
alejan, porque no les satisface nuestra manera de ver las cosas; a los que,
encontrando muy lento o muy rápido nuestro método, pretenden alcanzar más
pronto y con mejores condiciones el objeto que nos proponemos? Ciertamente que
no, si son sus guías la sinceridad y el deseo de propagar la verdad.
Ciertamente que sí, si sus esfuerzos tienden únicamente a hacerse
notables y a captarse la atención pública para satisfacer su amor propio y su
interés personal…
¡Tenéis distinto modo de ver al de nosotros; no simpatizáis con
los principios que admitimos! Nada prueba que andéis más acertados que
nosotros. En materia de ciencia, puede diferirse de opinión; buscad a vuestro
modo como buscamos nosotros; el porvenir pondrá en claro quién tiene razón y
quién está equivocado.
No pretendemos ser los únicos en poseer las condiciones sin las
cuales no pueden hacerse estudios serios y útiles; lo que hemos hecho nosotros,
ciertamente pueden hacerlo otros. ¡Qué importa que los hombres inteligentes se
reúnan con nosotros o sin nosotros! Que se multiplican los centros de estudios,
tanto mejor; porque esta es una señal del progreso incontestable, que
aplaudimos con todas nuestras fuerzas.
En cuanto a las rivalidades, a las tentativas para suplantarnos,
tenemos un recurso infalible para no temerlas. Trabajemos por comprender, por
ensanchar nuestra inteligencia y nuestro corazón; luchemos con los otros, pero
luchemos por superarnos en caridad y abnegación.
Sea nuestra única divisa el amor al prójimo inscrito en nuestra
bandera, y nuestro objeto único inquirir la verdad, venga de donde viniere. Con
tales sentimientos arrostraremos las burlas de nuestros adversarios y las
tentativas de nuestros competidores.
Si nos equivocamos, no tendremos el necio amor propio de
aferrarnos a ideas falsas, pero hay principios respecto de los cuales se tiene
certeza de no engañarse nunca, tales son: el amor del bien, la abnegación, la
abjuración de todo sentimiento de envidia y de celos.
Estos principios son los nuestros, en ellos veremos el lazo que ha
de unir a todo los hombres de bien, cualquiera que sea la divergencia de sus
opiniones; el egoísmo y la mala fe son los únicos que entre ellos levantan
barreras insuperables.
Pero ¿cual será la consecuencia de este estado de cosas? Sin duda
alguna las maquinaciones de los falsos hermanos podrán producir momentáneamente
algunas perturbaciones parciales. Por esto es preciso hacer toda clase de
esfuerzos para burlarlos tanto como sea posible, pero necesariamente no tendrán
más que una época de existencia y no podrán ser perjudiciales en el porvenir.
Ante todo, porque son una maniobra de oposición que caen por la
fuerza de las cosas; y por otra parte, por más que se diga y haga, no podrá
quitarse a la doctrina su carácter distintivo; su filosofía racional es lógica
y su moral consoladora y regeneradora.
Las bases del Espiritismo están hoy puestas de un modo
inquebrantable: los libros escritos sin reticencias y puestos al alcance de
todas las inteligencias, serán siempre la expresión clara y exacta de la
enseñanza de los Espíritus, y la transmitirán intacta a los que vengan en pos
de nosotros.
No se ha de perder de vista que estamos en un momento de
transición y que ninguna transición se opera sin conflicto.
No hay, pues, que admirarse de ver cómo se agitan ciertas
pasiones, tales como las ambiciones comprometidas, los intereses lastimados,
las pretensiones frustradas, pero todo esto se extingue poco a poco, la fiebre
se calma, los hombres pasan y las nuevas Ideas subsisten.
Espiritistas, si queréis ser invencibles, sed benévolos y
caritativos; el bien es una coraza contra la cual se estrellarán siempre las
maquinaciones de la malevolencia...
Vivamos, pues, sin temor: el porvenir es nuestro; dejemos que
nuestros enemigos se retuerzan comprimidos por la verdad que les ofusca: toda
oposición es impotente contra la evidencia, que triunfa inevitablemente por la
fuerza misma de las cosas.
La vulgarización universal del Espiritismo es cuestión de tiempo,
y en este siglo, el tiempo avanza a pasos de gigante impulsado por el progreso.
OBSERVACIÓN. - Como complemento de este artículo, publicamos aquí,
la siguiente comunicación que nos dio Allan Kardec sobre el mismo asunto,
después de haber entrado en el mundo de los Espíritus. Nos ha parecido
interesante para nuestros lectores, unir a las elocuentes y viriles páginas que
preceden, la actual opinión del organizador por excelencia de nuestra
filosofía. París, noviembre de 1869
"Cuando existía corporalmente entre vosotros, a menudo decía que
debiera hacerse una historia del Espiritismo, puesto que no dejaría de tener
interés; aún participo hoy de esta misma opinión, pudiendo servir un día, para
realizar mi pensamiento, los diferentes elementos que con este fin había
reunido.
Porque, en efecto, estaba en mejor posición que nadie para apreciar
el curioso espectáculo provocado por el descubrimiento y vulgarización de una
gran verdad.
En otro tiempo presentía, pero hoy sé el maravilloso orden y la
inconcebible armonía que presiden a la concentración de todos los documentos,
que están destinados a dar origen a la nueva obra.
La benevolencia, la buena voluntad y abnegación absoluta en unos y
la mala fe, la hipocresía y las malévolas maniobras de los otros, todo concurre
para asegurar la estabilidad del edificio que se levanta.
Entre las manos de las potencias superiores que presiden al
progreso, las resistencias inconscientes o simuladas y los ataques que tienen
por objeto sembrar el descrédito y el ridículo, se convierten en instrumentos
de elaboración.
¡Qué no se ha hecho, que móviles no se han puesto en movimiento
para ahogar al niño en la cuna!
El charlatanismo y la superstición, a su vez, han querido ampararse en nuestros principios para explotarlos en su provecho; todos los rayos de la prensa han atronado contra nosotros; se ha entregado a la irrisión las cosas mas respetables; se han atribuido al Espíritu del mal las enseñanzas de los Espíritus, las más dignas de admiración y de veneración universal; y sin embargo, todos esos esfuerzos acumulados, esa coligación de todos los intereses bastardos, no han alcanzado otra cosa que proclamar la impotencia de nuestros adversarios.
Pero, en medio de esa lucha incesante contra las preocupaciones
establecidas y contra los errores acreditados, es como se aprende a conocer a
los hombres.
Sabía que al consagrarme a mi obra predilecta, me exponía a las
iras de los unos y a la envidia y a los celos de los otros. El camino estaba
sembrado de dificultades sin cesar renovadas. No pudiendo alcanzar nada contra
la doctrina, se atacaba al hombre, pero por mi parte me sentía fuerte porque
había hecho renuncia de mi personalidad. ¿Qué me importan las tentativas de la
calumnia, si mi conciencia y la grandeza del objeto me hacían olvidar
voluntariamente las espinas y abrojos del camino?
Los testimonios de simpatía y de estimación que he recibido de
aquellos que supieron apreciarme, han sido la más dulce recompensa que jamás
haya ambicionado, pero ¡OH!, ¡cuantas veces hubiese sucumbido bajo el peso de
mi tarea, si el afecto y el reconocimiento de la mayoría no me hubiesen hecho
olvidar la ingratitud y la injusticia de algunos! Porque si los ataques
dirigidos contra, mí siempre me han encontrado insensible, debo confesar que me
afectaba penosamente, cada vez que encontraba falsos amigos, entre aquellos de
quienes más esperaba.
Si es justo vituperar a aquellos que intentan explotar el
Espiritismo o desnaturalizarlo en sus escritos sin haber hecho de él un estudio
previo, ¡cuán culpables no son aquellos que después de haberse asimilado todos
sus principios, no contentos de retirarse pacíficamente, se han vuelto contra
él, con todas sus fuerzas!
Sobre tales desertores especialmente es necesario reclamar la
misericordia divina, porque voluntariamente han extinguido la luz que les
iluminaba, con cuyo auxilio podían iluminar a los otros.
Pero no tardan en verse privados de la asistencia de los buenos
Espíritus y la experiencia nos ha demostrado que bien pronto caen de un paso al
otro, en las más criticas situaciones.
Desde mi regreso al mundo de los Espíritus he vuelto a ver algunos
de estos desgraciados; ahora se arrepienten; sienten su inacción y su mala
voluntad, pero no pueden reparar tan pronto como desearan el tiempo perdido;
volverán, sí, luego a la tierra con la firme resolución de concurrir
activamente al progreso, pero aún lucharán con sus antiguas tendencias, hasta
que definitivamente hayan triunfado sobre ellas.
¿Puede creerse que los espiritistas de hoy, ilustrados por estos
ejemplos, evitarán caer en los mismos errores? Durante mucho tiempo aún, habrá
falsos hermanos y amigos mal intencionados, pero del mismo modo que nada
pudieron los primeros, tampoco lograrán estos, desviar de su camino al
Espiritismo.
Si acaso producen algunas perturbaciones momentáneas y puramente
locales, no por esto peligrará la doctrina; antes al contrario, bien pronto los
espiritistas desviados reconocerán su error y vendrán a concurrir con nuevo
ardor a la obra de la cual se habían separado un instante, y obrando de
concierto con los Espíritus superiores que dirigen las transformaciones humanitarias,
avanzarán con paso rápido hacia los felices tiempos prometidos a la humanidad
regenerada. – ALLAN KARDEC.
LO QUE DEDUCIMOS DEL FENÓMENO DE LA TRANSCOMUNICACIÓN
Aunque la ciencia
oficial lo ha querido ignorar, el hecho de que hay vida y actividad después de
la muerte, ha sido probado suficientemente de forma evidente.
Schreiber falleció en enero de 1988, y no tardó en aparecer después de su muerte, él mismo en la pantalla del Vidiucom junto a otros parientes suyos ya fallecidos.
Una historia similar
surgió cuando en 1987 falleció el investigador y pionero en ITC Friedich
Jurgenson, un `productor de cine sueco aficionado a las aves canoras. Esta afición
le llevó a grabar casualmente, en cinta magnética, extrañas voces del Más Allá,
cuando en un bosque trataba de grabar cantos de pájaros. Informado de este
suceso, el parapsicólogo Konstantin Raudive, en Alemania occidental, continuó
con las experiencias de grabación mediante magnetófonos muy sensibles, en
colaboración con ingenieros y técnicos de Telecomunicaciones, llegando a grabar
numerosos mensajes de destacadas personalidades europeas, con lo que editó un
libro titulado "Lo inaudible se hace audible" . A
este sistema de grabación se le llamó " Psicofonías"
Posteriormente, los
ingenieros en Telecomunicación Hans Otto König, George W. Meek y otros de
centro Europa, lograron captar mediante el citado vidiucom, a personas
fallecidas, amigos o parientes de los asistentes a las experiencias,
estableciendo con ellos durante algunos minutos, una comunicación verbal.
Algunas de estas experiencias fueron televisadas en directo por la Televisión de
Luxemburgo con una audiencia de más de tres millones de tele-espectadores de
Centro Europa.
Los sacerdotes Brune y
Abril, asistieron a varias de estas grabaciones, e informaron en Prensa, Radio
y Televisión, de la veracidad de las mismas y que no existía montaje alguno. El
Padre Abril publicó un libro en el que expone la realidad de cuanto presenció.
Parapsicólogos e
investigadores de todo el mundo, estudian y ponen en práctica estas
experiencias de comunicación con entidades del Más Allá, y las informaciones
así obtenidas son de tal trascendencia, que es una obligación darlas a conocer
a todo el mundo, para su mejor orientación, conducta y progreso.
De todas estas informaciones destacan las siguientes conclusiones:
1ª La muerte no existe,
ya que el Espíritu se independiza del cuerpo material y se reintegra al mundo
espiritual conservando su individualidad y conocimiento adquirido..
2ª En estas condiciones
y utilizando energías fluídicas desconocidas, los Espíritus pueden establecer
comunicación con los encarnados.
3ª El mundo espiritual
se encuentra formado por varios planos de existencia, a los que son atraídos
por sintonía los Espíritus tras desencarnar, según el grado de perfección
alcanzado durante su paso por la Tierra. La escala de estos planos
existenciales, van desde los más duros e insoportables, para quienes han
actuado en contra de las leyes Divinas, hasta aquellos en los que los Espíritus
que han obrado justamente, están inundados de luz y bienestar, y se extasían
contemplando y estudiando las maravillosas creaciones de la Inteligencia
Suprema.
4ª Al despertar en el
mundo espiritual, el desencarnado contempla la "película" de toda su
vida. Allí están presentes todas sus acciones buenas y malas. Le alegran y
confortan las buenas, pero las malas le entristecen y avergúenzan
profundamente, sintiendo un íntimo arrepentimiento por ese motivo. No puede
ocultarlas; están allí presentes y son la causa de sus sufrimientos y
postergación. Para salir de esta penosa situación y proseguir con su progreso,
tendrá que volver a reencarnar y pasar durante su nueva existencia física, por
diversas situaciones parecidas a aquellas en las que faltó. para superarlas
definitivamente.
5ª Por tanto la
Reencarnación es una necesidad que tiene por objeto el progreso de los
Espíritus, que al actuar en diferentes situaciones y actividades, van
adquiriendo los conocimientos y experiencias necesarias para alcanzar la
perfección prevista tras superar unos objetivos y así poder pasar a mundos más
evolucionados y felices.
6ª Todos somos hijos de
Dios y caminamos en pos de un progreso espiritual en todos los órdenes, que al
ser logrado mediante nuestro esfuerzo y sacrificio, nos enaltece y nos hace
dignos de alcanzar la eterna felicidad.
La comunicación
con los Espíritus mediante estos medios electrónicos, viene a confirmar de modo
científico e incuestionable, todo cuanto el Espiritismo ha sostenido
durante 166 años.
La Ciencia oficial
ha venido negando o ignorando sistemáticamente cuanto sostenían los espíritas,
en vez de reconocer sus errores, sigue mostrando su mutismo al respecto.
Es de decir, que los espiritistas, en general, no acogieron con el debido entusiasmo, esta nueva puerta de comunicación con el Más Allá, que además de respaldar y confirmar los conceptos de la Codificación espírita, resulta la mejor plataforma para difundir la Doctrina, avalada por sistemas electrónicos de los que nadie puede dudar. No obstante, aquí he de reseñar que personalmente sé de algunos espíritas que, como inquietud o vocación, han investigado e investigan sobre la Transcomunicación Instrumental con resultados muy interesantes y positivos. Un día no muy lejano, posiblemente se harán públicos muchos de esos trabajos de investigación.
La aspiración de todo
buen espírita es divulgar el conocimiento de los postulados del Espiritismo, a
fin de que cada uno se sienta responsable de sus actos y se encamine por la
senda de la fraternidad y del amor. Al existir los medios científicos de
comunicación con los Espíritus mencionados, estos también deben ser dados
a conocer porque constituyen una total confirmación de la Doctrina Espírita.
Art. de Jose
Luis Martín, elaborado a partir de Internet y de un art. del Grupo espírita
de Jaén., publicado en la Rev, Fraternidad Cristiana Espírita nº 36,
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LAS RAZAS ADÁMICAS Y LA LEY DE LA REENCARNACIÓN
Las razas adámicas son generaciones de espíritus llegados a la Tierra de otro mundo más adelantado, (*) y ocurrió cuando nuestro planeta estaba habitado por tribus de hombres aún en estado primitivo y sin civilizar. El planeta de origen de esas razas adámicas había evolucionado a un estado superior, y este grupo de espíritus al no estar moralmente adaptados, fueron expulsados para no perjudicar a la mayoría que sí había alcanzado un estatus moral más elevado. El recuerdo inconsciente de un mundo con muchas comodidades y adelantos científicos logrados, originó el mito del paraíso perdido. Es necesario comprender la ley de reencarnación para entender que esos espíritus llegados de otro planeta venían a este a continuar su evolución, habían sido castigados por su terquedad y vicios morales a un mundo primitivo en el que tendrían que esforzarse mucho más para sobrevivir (ganarás el pan con el sudor de tu frente) y, a la vez, ayudar a los espíritus más primitivos con los conocimientos que aportaron. Para acelerar su progreso moral Dios envía a sus misioneros, espíritus superiores, para indicar el camino que debemos seguir, y ganar el regreso a ese mundo mejor. El compromiso de Dios de enviar al mesías es para enseñarles aquello que aun no saben, o no quisieron aprender, y que les conduciría de vuelta a ese paraíso. A los espíritus que va dedicado el mensaje que nos trajo Jesucristo son los mismos que los de la época de Adán. Esto lo puntualiza Kardec como una prueba más de la realidad de la ley de reencarnación y lo expone con un ejemplo: si los espíritus de la época de Jesús hubieran sido creados al nacer, no tendrían ninguna relación con los que vivieron en la era de Adán y no tendrían ninguna responsabilidad de lo hecho por aquellos. La promesa de Dios de enviar un salvador en un tiempo futuro, hecha a las razas adámicas, no tendría sentido si no hubiesen de reencarnar más tarde y poder presenciar la llegada del Cristo.
Conclusión: las razas llamadas adámicas, el pueblo judío de
Moisés, y el pueblo judío que escuchó las predicaciones de Jesús son la misma
generación de espíritus, confirmando la ley de la reencarnación.
( Parte de un artículo extraído de la Revista Actualidad Espiritista)
(*) NOTA: Según revelaciones del Más Allá, el mundo de origen mencionado más arriba se refiere a un planeta de la estrella Capella ( Ver dibujo de la constelación de Cochero)
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