INQUIETUDES ESPÍRITAS
1,. Alegoría de la caída del hombre en la Biblia
2.- Hablar de Jesús
3.- ¿ El proceso reencarnatorio es igual para todos los Espíritus ?
4.- Del salvaje al genio
*******************************
ALEGORIA DE LA CAIDA DEL HOMBRE EN LA BÍBLIA
El dogma de la caída del hombre es sustentado en el campo religioso como uno de
los misterios de Dios, impenetrable à la inteligencia humana. Su fundamento
bíblico es el cap. III del Génesis. Todos conocen la leyenda poética del árbol
prohibido, en medio del jardín del Edén, con la serpiente demoníaca (la pitón
griega) engañando Eva, que lleva Adán al pecado original de la
desobediencia. Pero en virtud del dogmatismo fideísta de las religiones, pocas
personas admiten la naturaleza alegórica de ese cuento ingenuo. El símbolo está
evidente, a flor de la piel. Pero los que consideran la Biblia como la palabra
de Dios no pueden admitirlo. Entienden la alegoría como realidad divina, tomándola
simplemente a pie de la letra.
Kardec explica en El Génesis, Cap. XII, toda la simbología de ese
pasaje bíblico: Adán es la personificación de la Humanidad y su falta
representa la fragilidad humana; el árbol de la vida es el símbolo de la vida
espiritual, que desenvolvió la conciencia humana y el libre albedrío de la
criatura; el fruto prohibido está en el medio del jardín de delicias, porque es
la tentación de los placeres materiales; la desobediencia de Adán y Eva es la
violación de las leyes de Dios por la concupiscencia del hombre; la serpiente
es la imagen de la perfidia, de la maldad humana que incita a los otros
al error. Pregunta Kardec: “¿Por qué imponer la fe ingenua de la credulidad
infantil, como verdades, alegorías tan evidentes, falseando su juzgamiento y
haciéndolas más tarde encarar la Biblia como un conjunto de fábulas absurdas”?.
Además de eso, Kardec estudia el verdadero sentido de los términos
bíblicos en su origen hebreo y establece comparaciones entre el texto sagrado
y las conocidas alegorías mitológicas. La forma de las alegorías bíblicas son
bellas y su sentido es profundo. Pero esta belleza y esta profundidad son
transformadas en absurdo y ridículo por la interpretación literal.
(De
“Visión Espírita de la Bíblia”, de J. Herculano Pires)
***********************
HABLAR DE JESÚS
Hablar de Jesús sí que no es tarea fácil, es un ser inconmensurable. Sin embargo me atrevo a hacerlo, solo por el hecho del respeto y veneración que siento hacia Él.
Jesús, espíritu grandioso; espíritu que mora en la casa del Señor; que ve y comprende a Dios.
Hablar de Jesús es hablar de humildad. Fue un ser humilde. Con humildad encarnó en la Tierra y lo hizo en el vientre de María, otro espíritu humilde y generoso. Fue a nacer en una cuadra en el pueblo de Belén y le sirvió de cuna un pesebre; su colchón, la paja con que se alimenta al ganado; su compañía, un buey y una mula.
Hablar de Jesús es hablar del Libertador; pero no de ese libertador esperado, preparado para la guerra, sino un libertador de almas. Él rescata a todo aquel cuyo proyecto es erradicar los defectos de que somos portadores.
Hablar de Jesús es hablar del liderazgo; era capaz de arrastrar tras de sí a las masas; a la orilla del mar, en las márgenes del río, sentado sobre una piedra en lo alto de una «montaña». Con su palabra nos enseñó a orar; con su palabra encendió la llama de la esperanza con esa maravilla que son las Bienaventuranzas.
Hablar de Jesús es hablar del Maestro de maestros. Él nos enseñó a conocer a Dios, cuyo concepto era el de un Ser colérico, un Ser siempre enfadado ideando castigos para sus hijos díscolos; nos enseñó que Dios es el Padre bondadoso, comprensivo y tolerante que no castiga; que la sanción sea solo nuestra, hurgando en nuestro interior buscando la manera de nuestra regeneración.
Hablar de Jesús es hablar de la paciencia y mansedumbre. Con paciencia y mansedumbre sufrió martirio; nos enseñó a sufrir, que el sufrimiento es generador de glorias futuras.
Hablar de Jesús es hablar de un Hermano Mayor que, precisamente por amor, quiso encarnar entre nosotros y se autoproclamó como protector de sus hermanos mortales; protector y gobernador de este planeta Tierra, Él cuida del planeta intentando paliar los desmanes que estamos cometiendo, generando destrucción y muerte.
No, no es fácil hablar de Jesús, pues a pesar de todo lo expresado, ¡Jesús es más, muchísimo más!, y las palabras para definirlo con buen criterio son torpes y escasas.
¡Jesús, Espíritu puro, humilde, libertador, líder, hermano nuestro, prototipo del Amor!
¡Hosanna al enviado de Dios!
- Mª Luisa Escrich- ( Amor, Paz y Caridad )
***************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario