INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Espíritus glóbulos
2.- Al principio era el Verbo
3.- En las fronteras de la epilepsia
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" EN EL PRINCIPIO ERA EL VERBO "
- “En el principio era el Verbo…” -¿Cómo deberemos entender esta afirmación del texto sagrado?
El apóstol Juan aún nos advierte que “el Verbo era Dios y estaba con Dios”. Dios es amor y vida y la más perfecta expresión del Verbo para el orbe terrestre era y es Jesús, identificado con su misericordia y sabiduría, desde la organización inicial del planeta. Visible u oculto, el Verbo es el rasgo de la luz divina en todas las cosas y en todos los seres, en las más variadas condiciones del proceso de perfeccionamiento.
- ¿Por qué razón la palabra de las profecías parece dirigida invariablemente al pueblo de
Israel?
En todos los textos de las profecías, Israel debe ser considerado como el símbolo de toda la humanidad terrestre, bajo la égida sacrosanta de Cristo.
- ¿Se debe atribuir al judaísmo misión especial, en comparación con las demás ideas religiosas del tiempo antiguo?
Aunque las elevadas concepciones religiosas que florecieron en la India y en Egipto y todos los grandes ideales de conocimiento de la divinidad, que poblaron la antigua Asia en todos los tiempos, se debe reconocer en el judaísmo la gran misión de la revelación del Dios único. Mientras los cultos religiosos se perdían en la división y en la multiplicidad, solamente el judaísmo fue bastante fuerte en la energía y en la unidad para cultivar el monoteísmo y establecer las bases de la ley universalista, bajo la luz de la inspiración divina. Por ese motivo, no obstante los compromisos y los débitos penosos que parecen perpetuar sus sufrimientos, a través de las generaciones y de las patrias humanas en el doloroso curso de los siglos, el pueblo de Israel debe merecer el respeto y el amor de todas las comunidades de la Tierra, porque solamente él fue bastante grande y unido para guardar la idea verdadera de Dios, a través de los martirios de la esclavitud y del desierto.
- ¿Cómo debe ser considerada, en el Espiritismo, la llamada “Santísima Trinidad”, de la teología católica?
Los textos primitivos de la organización cristiana no hablan de la concepción de la Iglesia Romana, en cuanto a la llamada “Santísima Trinidad”.
Debemos esclarecer, aún, que el punto de vista católico proviene de sutilezas teológicas sin base seria en las enseñanzas de Jesús. Por largos años, antes de la Buena Nueva, el brahmanismo guardaba la concepción de Dios, dividido en tres principios esenciales, que los sacerdotes denominaban Brahma, Vishnú y Siva. (1)
(1) El padre Alta, en “El Cristianismo de Cristo y el de sus vicarios”, nos dice que la fórmula del catecismo – 3 personas en Dios – era verdadera en latín, donde el vocablo persona significa forma, aspecto, apariencia. Es falsa, sin embargo, en francés o en portugués, con la acepción de individuo. – Nota de la Editora
Con todo, la Teología, que se organizaba sobre los antiguos principios del politeísmo romano, necesitaba presentar un complejo de enunciados religiosos, a fin de confundir a los espíritus más simples y esto porque sabemos que si la Iglesia fue, al principio, depositaria de las tradiciones cristianas, no demoró mucho que el sacerdocio eliminase las más bellas expresiones del profetismo, inhumando el Evangelio bajo un acervo de convenciones religiosas, y robando a las revelaciones primitivas su aspecto de simplicidad y de amor. Para ese deseo, las fuerzas que venían a disputar el dominio del estado, en vista de la invasión de los pueblos considerados bárbaros, se apresuraron, en el poder, en transformar las enseñanzas de Jesús en instrumento de la política administrativa, adulterando los principios evangélicos en sus textos primitivos y asimilando viejas doctrinas como las de la India legendaria, y organizando novedades teológicas, con las cuales el Catolicismo se redujo a una fuerza respetable, pero puramente humana, distante del Reino de Jesús, que, en la afirmación del Maestro, simple y profunda, no tiene fundamentos divinos en la faz de la Tierra.
- ¿Cómo interpretar la antigua sentencia– “Dios hizo el mundo de la nada”?
El primer instante de la materia está, para los Espíritus de mi esfera, tan oscuro como el primer momento de la energía espiritual en los círculos de la vida universal. Comprendemos, con todo, que, siendo Dios el Verbo de la Creación, la “nada” nunca existió para nuestro concepto de observación, porque el Verbo, para nosotros, es la luz de toda la Eternidad.
-Los días de la Creación, en las antiguas referencias del Viejo Testamento, ¿corresponden a períodos enteros de la evolución geológica?
Los días de la actividad del Creador, tal como nos refiere el texto sagrado, corresponden a los largos períodos de la evolución geológica, dentro de los milenios indispensables al trabajo de la génesis planetaria, deduciéndose que, con esos, la Biblia encierra otros grandes símbolos inherentes a los tiempos inmemoriales, de los orígenes del planeta,
- ¿Cuál es la posición del Viejo Testamento, en el cuadro de valores de la educación religiosa del hombre?
EL CONSOLADOR – VIEJO TESTAMENTO. REVELACIÓN -. Por el Espíritu Emmanuel – Chico Xavier
EN LAS FRONTERAS DE LA EPILEPSIA
Aunque Hipócrates había hecho en sus escritos una brillante descripción de la crisis del Gran Mal, indicando el cerebro como el responsable por toda esa sintomatología, la Epilepsia fue tenida como una dolencia mental a través de los siglos y solo después del surgimiento de la Neurología, en el siglo pasado, es que la Epilepsia pasó a ser comprendida como un síndrome proveniente de una lesión orgánica en el cerebro.
Hoy se entiende la epilepsia como una descarga eléctrica desorganizada que atiende las neuronas cerebrales, provocando síntomas correlacionados con el área cerebral afectada.
Aunque los relatos mediúmnicos del porte de En el Mundo Mayor y En los Dominios de la Mediúmnidad dictados por el Espíritu André Luiz, hagan descripciones inconfundibles de la
sintomatología epiléptica en sus protagonistas, sometidos a interferencia espiritual francamente obsesora, la medicina de hoy rechaza cualquier presencia espiritual en la génesis de la crisis epiléptica, especialmente por el temor de ver resurgir la nefasta participación de “demonios” de los antiguos textos bíblicos, versión de la cual la Edad Media y la Inquisición supieron sacar provecho.
Los exámenes sofisticados de hoy identifican los traumas, las infecciones, los tumores y las degeneraciones entre otras diversas causas de naturaleza orgánica para la etiología de la epilepsia, sin embargo, ninguno de esos exámenes está apropiado para detectar las vibraciones del plano espiritual que nos harían comprender más profundamente la naturaleza esencial del problema de la Epilepsia.
Ni siquiera desde lejos pretendemos excluir la génesis cerebral de la manifestación epiléptica, más la visión exclusivamente materialista de la Medicina tradicional la envuelve de un oscurantismo estúpido que no le permite identificar otro universo de interferencia situado en la dimensión espiritual que, como causa o como agravante, interfiere en la frecuencia y en la constelación de síntomas que el epiléptico manifiesta.
Negando la interferencia del espíritu, la Medicina no consigue observar que, a través del propio estudio de la epilepsia, ella tendría mucho que aprender, por ejemplo, con lo que los pacientes epilépticos vivencian durante las llamadas “crisis epilépticas”, en las cuales se observa una riqueza de expresión clínica cognitiva, que el simple desglose de neuronas en “corto-circuito” no tiene argumentos para justificar.
En la clasificación de las crisis epilépticas, la Neurología destaca un tipo de crisis llamada Crisis Focal o Parcial en la que no hay comprometimiento de la conciencia y la sintomatología será proveniente del local en el cerebro afectado por la descarga neuronal desorganizada. En el área motora, el paciente irá a presentar contracciones musculares en la mano, en el brazo, en la pierna o en cualquier parte del cuerpo correspondiente a la región motora del cerebro afectado.
En un área sensitiva, los síntomas serán referidos como adormecimientos, sensaciones extrañas o deformaciones en el miembro alcanzado.
En el grupo de las crisis focales es que están incluidas las crisis psíquicas en las cuales el paciente relata sensaciones subjetivas que experimenta espontáneamente, pudiendo tener una duración de minutos, horas o días.
Las descripciones clásicas de las crisis psíquicas hacen referencia más comúnmente a las crisis de "Deja Vu" y de “jamáis Vu ". Esos dos cuadros son reconocidos como provenientes de lesiones en la base del cerebro en la región de los lóbulos temporales.
En el “Deja Vu” (ya visto), el paciente relata una sensación de familiaridad con el ambiente o con las personas, aunque le sean extrañas y que el las este viendo por primera vez. En un local que le sea completamente desconocido, el paciente, al tener su crisis, siente una fuerte impresión de que ya conoce o ya estuvo en aquel lugar.
En la crisis del “Jamáis Vu” (jamáis visto), el paciente manifiesta sensación de extrañeza en lugares conocidos o por personas de su convivencia.
Ambas situaciones que describimos pueden ocurrir ocasionalmente con cualquier persona normal, más, en el epiléptico, esas sensaciones son comúnmente repetitivas y duraderas.
Muchos epilépticos presentan crisis psíquicas frecuentes, pero han recibido poca atención debido a que parecen triviales, tales como cambios repentinos de humor, un entristecimiento súbito o una agresividad inmotivada o desproporcional que puede virar hacia la violencia.
En este articulo, estoy interesado en relatar otros tipos de crisis psíquicas, relativamente raras, en la que los propios pacientes tienen mucha dificultad en hallar términos adecuados para describirlas. Ellas merecen, a mi ver, un estudio meticuloso, procurando valorar las verdaderas sensaciones de esas experiencias subjetivas, que los pacientes procuran pasarnos, sintiendo inclusive, con frecuencia, la incredulidad que la mayoría de los médicos manifiesta al oírlos.
Los relatos de esas crisis, a primera vista, parecen inconscientes, inverosímiles, superficiales, mezclándose con los síntomas de la propia ansiedad con la que los pacientes conviven cuando son victimas de ese tipo de crisis convulsivas. No hay una afectación de la conciencia más si de la percepción de funciones complejas como la de la noción del tiempo, del espacio, de la realidad, del movimiento, de la noción del Yo y hasta del pensamiento.
Esas variadas sensaciones en el nivel de vivencia psíquica del individuo, a mi parecer ofrecen preciosa observación de la frontera entre las experiencias vividas física o espiritualmente por esos pacientes.
Algunos relatos que hicieron esos pacientes me ayudaron a confirmar que el mundo mental de cada uno de nosotros transita en una dimensión espiritual que trasciende a la experiencia física.
Uno de ellos es médico, frecuenta mi consultorio desde joven, por tener convulsiones provenientes de neurocisticercosis y, me procuró, acompañado de la esposa, con una cierta inquietud, intentando relatar que, en los últimos dos días, había perdido la capacidad de seguir el paso del tiempo. No era la identificación del tiempo, de las horas o del día y de la noche. el decía ser una pérdida de la “noción del tiempo”. Los acontecimientos se procesaban en su mente y cuando él se daba cuenta, esos acontecimientos ya habían acabado de ocurrir. Al dirigirse para su consultorio, conduciendo su coche por el camino, hacia las curvas, siempre con la idea de que eso no le tomaba tiempo, porque ocurría en su mente, literalmente hablando, antes de acontecer físicamente. Lo que tenía en mente, del trayecto que recorría, no era una imaginación, era el propio acontecimiento. Decía que no tenía sentido el antes o el después, porque, todo lo que ocurría en secuencia, el lo vivenciaban ocurriendo
simultáneamente. Su esposa lo auxiliaba como auxiliar de anestesia y en la entrevista me contaba que a pesar de permanecer todo el tiempo con esas sensaciones que describía, el procedía normalmente mientras anestesiaba a sus pacientes, apenas decía que toda actitud que tomaba ya le parecía haber ocurrido no como una premonición, más si como un acontecimiento “Ya ocurrido”, si así podemos decir, por el, y, al terminar la anestesia, para su mente, los hechos le parecían continuar aconteciendo.
La neurología describe, también un estado de crisis psíquica en la que el paciente tiene la sensación constante de estar viviendo un sueño. El llamado de "Dreamy States" por los clásicos.
Tuvimos dos pacientes que nos relataron episodios en los que sentían una alteración en la que ellos llamaban de “realidad”. Una joven señora refería que esas sensaciones la perturbaban hacia años, principalmente por la noche y si estaba cerca de muchas personas. Esto la dejaba insegura. Parecía hacer las cosas por instinto. Insistía en decir que en las crisis tenía la sensación de estar viviendo en una "etapa antes de la realidad”.
Otro paciente con crisis semejantes acrecentaba que también tenía la impresión de “no estar viviendo la realidad” y todo lo que hacía, para él, “no tenia contenido emocional”.
Dos niños y dos adultos jóvenes que ya acompañábamos por antecedentes de convulsiones, nos relataron episodios de percepción alterada en el movimiento de los objetos y del propio pensamiento.
O de ellos expresiones del tipo. “los movimientos de las cosas y de las personas parecen acelerados”: “cuando extiendo las manos para pegar un objeto, parece que mis gestos son muy rápidos”; las personas atraviesan la calle muy deprisa”; queda muy difícil atravesar la calle con los coches todos corriendo” ;todo alrededor parece estar acelerado”; “las personas parecen hablar muy rápido”. Uno de los chicos decía ser acordado por la crisis. Para uno de ellos, su propio pensamiento, cuando estaba con la crisis, parecía acelerado.
En esas horas el evitaba el dialogo con recelo por demostrar a los otros alguna perturbación. Uno de esos pacientes, con 23 años, es pintor y decía que en las crisis sentía que todo pasaba lentamente,
sus propios gestos al trabajar con el pincel le parecía ser hecha en cámara lenta, aunque sus colegas no confirmaban esa lentitud. El sentía así por más de una semana seguida, entrando y saliendo de las crisis sin cualquier motivo aparente.
Una señora que también acompañábamos por tener desmayos, tenía un electroencefalograma con alteraciones focales en el hemisferio izquierdo y una tomografía cerebral típica de neurocisticercosis. Ella contaba que venía teniendo episodios en los que parecía moverse, se sentía estar muy lejos, “como en otro mundo”, “ocupando otro espacio”. Esos episodios duraban 20 minutos y, a continuación, manteniéndose siempre muy lucida, ella sentía la cabeza vacía, quedaba pálida y sin aliento. Otros cuadros, más complejos y algunas veces mucho más elaborados, han sido rotulados como alucinatorios y comúnmente relacionados con las dirimías del lóbulo temporal o trastornos del sueño.
Algunos pacientes dicen sentirse fuera del cuerpo, sensación que la neurología llama de “despersonalización”. Para otros los objetos que ven o los sonidos que oyen, están aumentados, disminuidos o distorsionados. Algunas veces hay una concentración de escenas y episodios memorizados y el paciente, en un relance, recapitula toda su existencia. Se da el nombre de “visión panorámica” de la vida.
Tuvimos, entre muchos otros, el caso de una chavala de nueve años que nos consultaba debido a manifestaciones comunes de epilepsia.
Ella nos relató que en algunas ocasiones, estando absolutamente despierta, se siente saliendo de su cuerpo en completa lucidez. En una de esas ultimas crisis estaba sentada en el sofá, viendo la televisión cuando, súbitamente, se vio, al lado del cuerpo físico.
Le pregunté sobre sus miedos en la actualidad y cuál era su actitud al verse en esa duplicidad.
Ella nos respondió con mucha simplicidad que, asustada, procuró irse cerca de la televisión para ver si su cuerpo allí sentado la acompañaba.
Los cuadros que describimos no sorprenderían a ningún Neurólogo habituado a atender casos de epilepsia. Seguramente serán atribuidos a la presencia de disturbios de actividad neuronal, especialmente del lóbulo temporal y la mayoría de ellos va a verse libre de esas crisis con la medicación disponible para actuar específicamente en las diritmías de esa región.
Es curioso, entre tanto, que, esas descripciones, los relatos de cómo esos pacientes vivencian o “descodifican” la noción del sentido del tiempo, de la aprensión de la realidad, de la relación espacio-tiempo en el desplazamiento de los objetos, de la síntesis y proyección del pensamiento, nos permite des pretensiosamente conjeturar una serie de semejanzas con ciertas descripciones no académicas en la literatura espiritualista.
Los textos especializados en descripciones sobre técnicas de meditación, por ejemplo, revelan que los “grandes maestros” y “místicos” que atienden los grados más profundos de interiorización de la conciencia, hacen interesantes descripciones en relación al sentido del tiempo, al espacio ocupado por la materia, la velocidad de las partículas de materia/energía que sintonizan, así como, el torbellino del flujo del pensamiento, descripciones estas, que a mi forma de ver, tienen correspondencia muy provocativa con las de los epilépticos que aquí registramos.
Para nosotros, los espiritas, los conceptos del tiempo en el mundo espiritual, de espacio en la dimensión extra-física, de proyecciones del pensamiento, des desplazamiento del cuerpo espiritual pueden ser fácilmente reconocidos en esa serie de historias que registramos. Las lesiones objetivas que la masa cerebral evidencia en esos cuadros son, para mí, nada más que puertas de intercesiones entre las dos dimensiones, la expresión física de una realidad que el cuerpo nos permite palpar y la percepción espiritual que Vivenciamos sin percibirlo los sentidos .
Traducido por: M.C. R.
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