INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Caridad
2.-Frase de Chico Xavier
3.-La verdad se impone: Aclarando puntos
4.-¿ Quién fue Jesús de Nazareth?
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CARIDAD
¿ Cual es el verdadero sentido de la palabra caridad, tal como la entendía Jesús?.
Benevolencia para con todos, indulgencia para las imperfecciones de los demás, perdón de las ofensas.
Cuestión nº 886 (De las Leyes Morales- Libro de los Espíritus )
Muchos centros espíritas llevan el nombre de Amor y Caridad. Evidentemente no imaginaban sus fundadores que tuviesen el mismo significado, algo como Luz y Claridad, o Paz y Tranquilidad.
La Caridad sería, bajo la óptica de El Libro de los Espíritus:
Benevolencia, que se manifiesta en la buena voluntad y en la disposición para hacer el bien;
Indulgencia, que es clemencia y misericordia para con las imperfecciones ajenas;
Perdón, que es el acto de disculpar las ofensas.
Ejercicio de Benevolencia: Trabajo en favor del semejante.
Ejercicio de Indulgencia: Solidaridad ante las limitaciones y flaquezas del prójimo, evitando discriminarlo.
Ejercicio del Perdón: Olvido del mal que se haya sufrido por parte de alguien, en un acto de tolerancia esclarecida que se exprime en la comprensión.
Tal vez tengamos ahí el origen de la máxima de Kardec: Trabajo, Solidaridad y Tolerancia, para orientar la acción espírita. Sin tales principios no hay posibilidad de un entendimiento perfecto entre los hombres en la construcción de un mundo mejor.
¿ Y el Amor ?
El Amor es afecto profundo. Es gustar mucho. Es, en su acepción más noble, querer el bien de alguien en la donación de sí mismo.
Cantado por los poetas y exaltado por los soñadores, el Amor es un bendito sol que ilumina y calienta los escabrosos caminos humanos.
Solo hay un problema: Es imposible sustentarlo, hacerlo operativo y productivo sin el combustible de la caridad.
Encontramos en la vía pública a una mujer en la penuria, rodeada de hijos mal vestidos y hambrientos. Esto nos sensibiliza:
- ¡ Qué cuadro tan triste Dios mío!; ¡ Cuanto sufrimiento !.
Le damos una pequeña ayuda y seguimos adelante, evocando, llenos de compasión:
–¡ Que Jesús ampare a mi hermana !
En aquel exacto momento brilló en nosotros un tenue rayo de amor, infiltrándose en el impasible egocentrismo humano.
¡Pero que amor tan vacío y tan efímero !. Un amor casi inútil, que se limitó a una limosna para aliviar la conciencia, transfiriendo para Cristo una providencia mejor, sin considerar que Él esperaba por nosotros para atenderla con la iniciativa de pararse, conversar, conocer mejor la extensión de sus problemas, ayudándola. Sin caridad el amor puede ser muy displicente...
Tenemos un gran amigo. Que nos gusta mucho. Pero un día él hace algo que nos desagrada. Nos irritamos profundamente. Se enfría nuestra relación. Nos distanciamos, dejando fuera una gratificante amistad. Sin caridad, el compañero más querido puede convertirse en un extraño...
El matrimonio vive muy bien. Marido y mujer se aman profundamente. Un día él comete un desliz: se envuelve en una aventura extraconyugal. La esposa se entera y lo abandona inmediatamente; no obstante él le implora que se quede, herido por los remordimientos. Y se quedan ambos en una crónica de infelicidad, marcada por una insuperable nostalgia. Sin caridad el afecto más ardiente puede ser ahogado en un océano de nostalgias y resentimientos.
En el pasado muchos religiosos se instalaban en lugares yermos, imponiéndose privaciones y flagelos como sacrificio en favor de la Humanidad. En su mayoría solamente se comprometían para cometer excentricidades y desequilibrios. Sin caridad el amor por el semejante puede convertirse en una perturbadora pasión por nosotros mismos...
El apóstol Pablo va más lejos en el asunto,(Corintios 13:1-3), cuando destaca que aunque tengamos el verbo más sublime, la mediumnidad más depurada, el conocimiento más profundo, la convicción más poderosa, el desapego más amplio y una absoluta falta de temor ante la muerte, todo eso poco valdrá si le faltase caridad, esto es, si no estuviésemos guiados por un desinterés personal, en un deseo sincero de servir al semejante.
Y Kardec nos ofrece la misma visión de la inutilidad de todas las iniciativas en favor de la redención humana, si faltase el componente básico, al proclamar,
Fuera de la Caridad no hay Salvación.
Richard Simonetti
CHICO XAVIER
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Quién fue Jesús de Nazaret (Mi opinión personal)
Entre los Seres superiores que han venido alguna vez a este
mundo, muy por encima de todos ellos en cuanto a su grado de evolución y de
elevación, el más cercano a la Fuente de Origen, fue el Cristo
Planetario. Gobernador de la Tierra que
cuando vino a este mundo, lo hizo en la persona de Jesús de Nazaret.
Cuando la Mente Divina dispuso la existencia de
este mundo material que nos aloja, encargó de su formación y tutela
a un Ser espiritual de gran elevación y sabiduría. Este Ser fue el Cristo
Planetario de la Tierra. Significa esto, que el Espíritu Cristo, no
llegó por vez primera a este mundo con el nacimiento de Jesús de Nazaret,
sino que desde mucho antes este Espíritu Puro ya estaba pendiente de nuestro
planeta, del que dirigió su formación, y cuando nació era la primera vez que hizo su presencia física
en él, pues su larga trayectoria hasta ser un Espíritu Puro, sin duda la debió
realizar antes en otros mundos mucho más avanzados que este, que aun en la
época que el vino, aún era un mundo primitivo.
Previamente a su aparición
en este planeta, ya habían encarnado antes aquí otros Espíritus de gran evolución
que fueron parte de su equipo de acondicionamiento de la Tierra para preparar
su llegada con su mensaje; de hecho antecesores tales como Confucio, Krishna, y Buda
en diferentes épocas y lugares de la Tierra; cuando estuvieron en este mundo siempre
lo hicieron llevando el mismo mensaje de Amor para impulsar la evolución de los
seres humanos.
Este elevadísimo Ser
Espiritual, con el fin de dar un impulso a la evolución de la Humanidad compuesta
entonces por personas que en su mayor
parte encarnaban a Espíritus de escasa evolución, sencillos e ignorantes, vino en medio del pueblo
hebreo, sobre todo a marcar un camino del Amor al Padre, Dios, y al prójimo,
tanto como a uno mismo; de
modo que todos sus hermanos de la humanidad pudiésemos
engrandecernos y elevarnos de categoría espiritual y llegar por
este camino hasta el Padre. ( recordemos que él mismo afirmó que Él era el camino, la Verdad y la Vida, palabras
estas dignas de ser meditadas con frecuencia).
En su despedida a sus
discípulos les dijo (les prometió). que más adelante les enviaría un Espíritu
Consolador, que en su nombre les recordaría cuanto Él había enseñado en su vida
y les aclararía muchas cosas, para las que entonces todavía no estaban
preparados para entenderlas y asimilarlas.. Ese Consolador prometido no se
trataba de Él mismo en persona, de nuevo, sino de una pléyade de Espíritus
Superiores que en Su nombre y bajo la dirección del Espíritu de la Verdad, que en el siglo XIX se manifestó en Francia con el nacimiento del Espiritismo: el Espíritu de la Verdad trajo la Doctrina Espírita que codificó Allan Kardec. Así, el Espiritismo fue reconocido y
proclamado por Allan Kardec como la Tercera Revelación, que a su vez
también constituyó la última y más reciente presencia del Espíritu
del Cristo, manifestado en todas las comunicaciones y enseñanzas de
Sus colaboradores, los diversos Espíritus Superiores, que
colaboraron con Allan Kardec en el gran
trabajo de la Codificación Espírita.
Jesús de Nazareth, aun
sin haber escrito nada personalmente, sobre su Doctrina y enseñanza, pasó a la Historia humana por sus actos y enseñanzas que quedaron relatados en los escritos evangélicos de discípulos y personas que lo siguieron de cerca, Él encarnó al Espíritu de Cristo, que es el más señalado Enviado que
envió Dios a la Tierra, con la profundidad y al mismo tiempo por la sencillez
de sus enseñanzas y ejemplos .
Lo que principalmente
sabemos de Jesús-Cristo procede de los relatos
evangélicos, pero también sabemos que estos no son los únicos, sino que son los
cuatro elegidos entre varios también escritos por otros discípulos y seguidores
contemporáneos de Jesús. Estos cuatro fueron escogidos en función de que no
tenían apenas contradicciones para los dogmas de la naciente Iglesia
Cristiana.
Por otra parte es de
considerar que a lo largo de la historia y según conveniencias, los
traductores han omitido, rectificado, exagerado y modificado muchos
textos originales.
Han
circulado versiones señalando que Jesús pudo viajar a la India o a Grecia, coincidiendo
con su marcha a Egipto por la persecución de Herodes, lo cual me parece improbable, pues no hay
ninguna constancia ni prueba de ello. Ni tampoco Juan, su
discípulo, ni otros discípulos dijeron nunca nada de que hubiesen viajado con
Jesús a esos países. No hay constancia fehaciente de que
jamás saliera con ningún discípulo fuera de las tierras
palestinas. Y así tantas y tantas cosas falsas, dudosas o inexactas que existen sobre su
figura y sus dichos y hechos, hacen extremadamente difícil saber con exactitud
sobre la auténtica personalidad y andanzas de esta enorme figura que un día se
hizo hombre entre nosotros. Sin embargo esos detalles personales o anecdóticos
sobre su vida, no son lo importante que se debiera discutir con respecto a Él,
pues en todo caso el conocimiento de tales datos no aporta nada a la evolución
y mejora espiritual del ser humano; lo importante realmente es su enseñanza
moral, tan sencilla de entender y tan complicada de seguir y cumplir fielmente.
Muchos creyeron
reconocer en Él al Mesías prometido por Yavé al
pueblo judío desde muchas generaciones atrás, tomándolo como un
líder político y patriota que les liberaría de la dominación de Roma. Sin
embargo no fue así; Jesús se reveló a sí
mismo como el Cristo o Enviado de Dios, como Hijo de Dios, con la
elevada misión de reconducir e impulsar la evolución espiritual de la
Humanidad, enseñándonos el camino del Amor y nuestra filiación con respecto a
Dios al que nos lo mostró como “Padre” y a todos nosotros como sus “hijos”
creados por Él; por lo tanto con esa sencilla enseñanza estableció una relación fraternal entre todos los seres
humanos, al tiempo que una filiación Divina como Espíritus hijos todos del
mismo Padre..
Es
de hacer notar que cuando Jesús hablaba de su Padre, no se
refería a Yavé, sino a José, esposo de María que ejerció como
su padre en la Tierra, pero cuando hablaba de, “Su Padre
Celestial”. se refería a Dios.
Jesús
Cristo, como cualquier ser humano, nació en nuestro mundo de una
mujer. Su padre genético no sabemos con seguridad quién fue (pudo
ser José, el esposo de María, o bien como deja entrever el relato
bíblico, pudo ser un “Ángel aparecido" que le anunció su estado de
gravidez (o tal vez un Ser extraterrestre) enviado a propósito con
esa gran misión, dando un aporte genético al nuevo ser humano, desde otra
dimensión o mundo superior, Quizás pudo haber sido así, ¿por qué no?
. Su concepción también pudo ser hecha directamente, mediante una manipulación
genética en un óvulo de su madre. En todo caso, este detalle, como
antes señalé, no es realmente lo más importante de la realidad y personalidad
de Jesús.
Conocemos
que Él fue el mayor de ocho hermanos. Tuvo María después de Jesús, a cuatro
hermanos y a tres hermanas de Él, que nacieron en Egipto después
de que sus padres se tuviesen que refugiar allí con Jesús, huyendo
de la persecución y matanza de niños que Herodes
dispuso pretendiendo matar al niño que le habían profetizado que
sería "Rey".. Tiago “el menor”, fue uno de sus
hermanos menores hijo de María y José, no de hijo de Alfeo, tal como se le hace
aparecer en los Evangelios. Este hermano de Jesús fue llamado
" el menor"para diferenciarlo del otro discípulo llamado también
Tiago, hermano de Juan, el discípulo, e hijo de Zebedeo.
Jesús fue un niño
absolutamente normal, educado por profesores judíos con base al Antíguo
Testamento o Ley de Abraham y Mosáica. Existen versiones que sitúan su
educación y formación entre los Esenios, con los que pudo aprender las primeras
nociones de la inmortalidad y del renacimiento que ya traía Él grandemente desarrolladas
en su subconsciente.
Hasta cumplir la edad
en la que comenzó su ministerio público,
vivió con sus padres trabajando con José como carpintero. Como hermano mayor, a
la prematura muerte de su padre se hizo cargo del trabajo del mismo
(Constructor carpintero), para sacar a su familia adelante.
Las Verdades que enseñó
se originaron a partir de los conocimientos formativos adquiridos en
su infancia y juventud, así como de las facultades espirituales interiores y de
la tremenda sabiduría innata que albergaba en su alma como consecuencia del
larguísimo camino evolutivo que su Espíritu llevaba acumulado a lo largo de su
historia hasta alcanzar la categoría espiritual que Él tenía.
Es curioso observar como
las pocas veces que en el Evangelio se habla de manifestaciones directas del
Padre durante la vida de Jesús, este lo hace siempre enmascarado desde alguna
“nube” ( que muy bien pudo ser una nave extraterrestre, pues precisamente
estas, a veces, se enmascaran así en nuestros cielos), y lo hacía hablando con
palabras y sonidos humanos inteligibles y audibles a distancia para
quienes estaban en los alrededores de la escena, mientras
que siempre permanecía oculto entre brumas o “nubes”, lo
que no deja de recordar el episodio de la “zarza ardiente” cuando a Moisés se
le entregaron grabadas en piedra las “Tablas de la Ley”. Y es que muy bien pudo
tener Jesús una relación directa con ciertos seres extraterrestres que le acompañaron
para servirle en muchos momentos puntuales de su vida y de su muerte,
como ya antes habían acompañado a otros personajes de los relatados en el
Antiguo Testamento.
Precisamente, durante el
episodio del Bautismo de Jesús, se relata que desde la nube se manifestó “dios”
con gran sonoridad, diciendo : “este es mi hijo muy amado....”, y
parece ser que fue en ese momento cuando Jesús se hizo por vez primera
consciente de Su Misión y de Su Personalidad Crística. Después esto se le
confirmó interiormente mediante sus frecuentes comuniones con el Padre.
Juan el Bautista, fue su
primo carnal y conoció a Jesús desde muy niño. Juan tuvo unas grandes
facultades psíquicas y mediúmnicas, y desde bien temprano tuvo la visión de quien era Jesús y
de la dimensión de su misión en el mundo.
Jesús de Nazaret fue una
persona muy natural, sencilla y amorosa. Sentía amor también por los animales y
las plantas porque sabía que eran también criaturas de Dios, y por eso
increpaba a quienes los maltrataban y criticó duramente las
costumbres religiosas de su pueblo, en cuanto al sacrificio de animales, pues
creían que a Dios se le satisfacía con sangre.
Jesús fue un hombre normal
en todo menos en los defectos espirituales o morales tan corrientes cualquier ser humano: Él nunca fue pecador, pues dada la Pureza y lo elevado de Su Espíritu,
vino al mundo sin defectos en su alma y nunca los conoció en Sí mismo.
Como antes apunté, posiblemente
conoció la Secta de los Esenios en donde pudo formarse y a la que pudo
pertenecer, al menos por una etapa de su vida, conociendo a través
de ellos mas a fondo la idea de la reencarnación y su proceso, así como el
estudio de las leyes morales y los principios éticos que después
utilizó durante su vida pública para divulgarlos entre quienes le escuchaban.
Hay sobre esto indicios probables, según apuntan los datos de la
investigación que se ha hecho sobre los llamados “Manuscritos del Mar Muerto”.
Por los fariseos
de su época, fue llamado “Señor de los espíritus”, o también “Príncipe de los
demonios”, porque en muchas ocasiones les mandó en nombre del Padre que se
retirasen de alguien a quien perturbaban y estos ante su superioridad moral le obedecían
de inmediato. No obstante aquí debo puntualizar que entre tantas inexactitudes
que aparecen en los relatos evangélicos, la escena de la expulsión de los
demonios que fueron a una piara de cerdos que se despeñaron,
probablemente no fue cierta, porque esto no hubiese
estado en consonancia con su Amor y su idea de la justicia, al permitir que los
cerdos perecieran recibiendo a estos espíritus., además de que con esto hubiese
arruinado la propiedad de los inocentes dueños de los cerdos. Por
otra parte los espíritus obsesores pueden llegar a poseer a seres humanos, pero
no a animales, pues el nivel de vibración de estos es absolutamente diferente.
Sí es cierto que durante
su vida en este mundo, Jesús Cristo siempre fue acompañado y servido por una
multitud de espíritus que estaban a su servicio, esperando solamente una orden
suya para actuar en medio de los hechos y fenómenos naturales. Estas órdenes
sobre los elementos como los llamados “milagros”, las dio siempre en
nombre del Padre. De ahí su capacidad de hacer toda clase de
“milagros", incluidos los de obediencia y sumisión de estos fenómenos,
como cuando mandó sobre una tormenta en el lago de
Tiberiades, para que amainase.
Supo de antemano
que sería entregado por uno de los suyos, al que lógicamente perdonó, pues ese
fue el desagradable papel que le correspondió desempeñar a Judas en
la historia de Jesús-Cristo. Este, probablemente no le traicionó
deliberadamente, sino que lo hizo llevado por el impulso de querer demostrar a
los judíos que nada podía detener el poder y la capacidad de su maestro,
pensando que El no se iba a dejar prender. Judas era el más joven e
impulsivo de sus discípulos.
La vida humana de Jesús,
como de todos es sabido, terminó con su martirio y muerte, a fin de dejar
huella y recuerdo imborrable en la historia humana: Clavado en la cruz,
acusado de conspiración contra el Imperio Romano. Este
detalle resulta lógico si conocemos que la crucifixión solamente la
podían realizar los romanos según sus leyes; los judíos aplicaban la
pena de muerte mediante lapidación. Tampoco son ciertas las últimas
palabras y frases de Jesús en la cruz. El murió valientemente sin miedo o duda
por su futuro, además sus discípulos no pudieron oír nada de lo que dijo en los
últimos instantes porque se les mantuvo alejados del lugar de la
ejecución.
Por revelaciones sobre este misterioso y gran personaje que es Jesús de Nazareth, se conocen algunos detalles sobre su físico y anatomía: Tenía unos ojos color azul-violeta, el pelo claro con reflejos castaños, partido en la mitad y largo hasta los hombros y un poco rizado; la barba como su pelo y no muy larga, y la nariz prominente. También según se conoce por la tradición histórica y por las investigaciones que se han hecho sobre la “Sábana Santa”, se conocen las medidas y formas de su cuerpo físico, (estatura de 1,80 mts) así como los detalles de su martirio, como que también, posiblemente. por alguna radiación desconocida y extraña – tal vez de origen extraterrestre- debió “fundir” o desmaterializar, haciéndolo desaparecer del sepulcro, su cadáver allí depositado. Se cuenta que vino un ángel y los soldados guardianes del sepulcro quedaron adormecidos, ( hechos semejantes de adormecimiento o parálisis pasajera se produjeron también en personas cercanas a presencias del fenómeno Ovni). Estos guardianes fueron allí con la misión de impedir el posible robo del cadáver.
Lo que está claro
es que la desaparición del cuerpo no fue porque nadie lo robase del sepulcro.
También podría ser que
Jesús como Espíritu Superior que era, con el empleo de sus poderes psíquicos
pudo tener la capacidad de desmaterializar su cuerpo físico, una vez que ya no estaba ligado a él, diluyendo sus
componentes en el aire o esparciéndolos por la tierra en los alrededores del sepulcro.
En cualquier
caso, su obra, enseñanzas y ejemplos las rubricó después de su muerte, cuando
“en cuerpo glorioso”- (Su Periespíritu o cuerpo espiritual
materializado para dejarse ver y hasta tocar ), “resucitó” y permaneció todavía
un tiempo apareciendo y desapareciendo súbitamente entre los suyos, antes de
partir definitivamente al Plano espiritual cercano al
Padre. Su cuerpo resucitado no era desde luego un cuerpo de carne y huesos,
porque apareció de repente, transfigurado, con otra apariencia diferente a la suya normal.
Solo recuperó su aspecto habitual y conocido por todos, tras presentarse a María
después de su "muerte", demostrando así que la
muerte no existe.
Se ha dicho de Él
que fue el Médium de Dios. En todo caso fue un Maestro del Amor del Padre,
mostrando la necesidad de que el hombre recibiera ese amor como un
hijo, con la herencia de la inmortalidad en el Cielo.
No vino para
convertirnos en “ovejas”, sino para despertar al verdadero “pastor” que cada
cual llevamos dentro al tomar conciencia de nuestra verdadera filiación divina
y las riendas de nuestras vidas.
Cristo, posiblemente,
vino como hombre en vez de cómo mujer, debido, tal vez, a la cultura patriarcal de su época en donde
solo el hombre tenía derechos y merecía un respeto, mientras la mujer era un
ser humano secundario en derechos e indigna de tan siquiera ser
escuchada por los ancianos y sacerdotes de aquel pueblo ( lamentablemente no
hemos avanzado mucho los humanos al no
haber establecido todavía un plano de
igualdad total entre los dos sexos).
Sus enseñanzas se han
malinterpretado hasta convertirlo en una divinidad. Tanto es así que se han
cometido auténticos crímenes en su nombre, al tiempo que se ha ignorado el verdadero e
importante mensaje de Amor que nos dejó a los seres humanos.
A pesar de los 21 siglos
transcurridos de Cristianismo y de su popularidad universal, desgraciadamente,
Jesús de Nazareth sigue siendo, hoy más que nunca, un gran desconocido e ignorado.
Asimismo es de subrayar
que no fue la muerte de Jesucristo la que tuvo un efecto de salvación para la humanidad, sino su
vida y enseñanzas. Su muerte y tantos hechos maravillosos y muchas veces falsos
que se le atribuyen, no enseñaron nada del verdadero camino hacia
el Reino del Padre.
- José Luis Martín-
“No
se puede negar que su doctrina, a pesar de haber sido mal comprendida y peor
practicada, ha hecho cambiar notablemente la faz de la Tierra. Nuestra historia
está dividida en antes y después de Jesucristo”.
-Salvador Freixedo -
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