INQUIETUDES
1.- La Obsesión
2.- El Aborto
3.-La medida cierta
4.-Cáncer: ¿Karma o rescate?
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LA OBSESIÓN
"Pululan en torno a la Tierra los malos Espíritus, como consecuencia de la inferioridad moral de sus habitantes. La acción maléfica de esos Espíritus es parte integrante de los flagelos con que la Humanidad se ve abrazada en este mundo. La obsesión, que es uno de los efectos de semejante acción, así como las enfermedades y todas las tribulaciones de la vida, debe pues, ser considerada como probación o expiación y aceptada como tal."
-"El Génesis" de Allan Kardec, cáp. 14 "Obsesiones y posesiones"
"Los Espíritus ejercen incesante acción sobre el mundo moral y también sobre el mundo físico. Actúan sobre la materia y sobre el pensamiento y constituyen una de las potencias de la Naturaleza, causa eficiente de una cantidad de fenómenos hasta entonces inexplicados o mal explicados y que no encuentran explicación racional sino en el Espiritismo. Las relaciones de los Espíritus con los hombres son constantes. Los buenos Espíritus nos atraen hacia el bien, nos sustentan en las pruebas de la vida y nos ayudan a soportarlas con coraje y resignación. Los malos nos empujan hacia el mal porque les causa gozo vernos sucumbir y asemejarnos a ellos."
- "El Libro de los Espíritus " de Allan Kardec. Introducción
Desde la más remota antigüedad se produce el fenómeno de la obsesión espiritual, conocido por las religiones como de posesión del cuerpo de un ser humano por un Espíritu ajeno a él. Aun hoy en día, las religiones cristianas como el Catolicismo, Protestantismo, etc. creen que estos fenómenos son causados por una entidad maligna denominada por ellos Diablo o Satanás. Todas las religiones, cristianas, paganas, tribus, pueblos y culturas diversas, tienen en su seno elaboradas doctrinas sobre la explicación de este fenómeno que en nuestra moderna sociedad se sigue produciendo de manera progresiva y alarmante, como más adelante veremos. Pero antes de continuar debemos ponernos de acuerdo en lo que entiende la Doctrina Espírita como "Obsesión".
La obsesión podemos definirla como la acción que ejerce un Espíritu o un grupo de Espíritus sobre una persona o varias. Esta acción persistente y maléfica, presenta caracteres diferentes, según su grado de intensidad, pudiendo dividirla en Obsesión simple, Fascinación y Subyugación.
Todas las personas, siendo médiums o no, podemos sufrirla en un momento dado de nuestra vida, y de hecho la sufrimos muy a menudo aunque a veces no caigamos en la cuenta de ello - recuerde el lector que todos en mayor o menor medida somos médiums. Sin embargo son los médiums que ejercen de manera activa la mediumnidad los que la sufren más a menudo, no siendo esto óbice para que otras personas sin esa mediumnidad activa, la sufran también. Comprendiendo esto veremos que la clasificación de la obsesión en Simple, Fascinación y Subyugación, se puede extrapolar a todos, ya sean médiums o no lo sean.
OBSESIÓN SIMPLE.- Se produce cuando un Espíritu inferior se impone a un médium, entrometiéndose en las comunicaciones que recibe, impidiéndole comunicar con otros Espíritus y sustituyendo a aquellos que se evocan. De ahí se desprende la necesidad de estar siempre prevenidos y en guardia para no ser engañados.
FASCINACIÓN,. Tiene consecuencias mucho más graves. Es la ilusión producida por la acción directa de un Espíritu sobre el pensamiento del médium, entorpeciendo o paralizando su juicio o discernimiento en las comunicaciones. El Espíritu o Espíritus comunicantes tienen la capacidad de inspirarle una confianza ciega, impidiendo así que llegue a comprender la falsedad y lo absurdo que es cuanto recibe. El médium, en estas condiciones, nunca cree ser engañado. El Espíritu conduce a aquel a quien ha conseguido dominar, como lo haría un niño con un juguete, y puede hacerle aceptar las ideas más absurdas y las teorías más falsas como buenas y reales.
SUBYUGACIÓN.- Es el estado más grave de cuantos llevamos expuestos, puesto que el individuo que se encuentra subyugado, se halla bajo un auténtico yugo que paraliza la voluntad del que lo sufre. La subyugación puede ser moral y física. En el primer caso el subyugado es impelido a tomar decisiones y determinaciones, a menudo absurdas y comprometedoras, que por una ilusión, cree sensatas. En el segundo caso la Entidad actúa sobre los órganos materiales, provocando movimientos involuntarios y extraños, desafiando a veces los límites y la capacidad del cuerpo humano. En tiempos pasados se daba el nombre de "posesión" al dominio ejercido por Espíritus malos, cuando esta influencia alcanzaba límites insospechados. Aun hoy se sigue conservando el término "posesión" por las iglesias cristianas. El Espiritismo no acepta este término por dos motivos: el primero, que implica la creencia en seres denominados demonios, que se dedican al mal, estando perpetuamente consagrados al mismo, mientras que en realidad no hay más que seres más o menos imperfectos, que con el tiempo mejorarán hacia el bien. El segundo implica, igualmente, la idea de la toma de posesión de un cuerpo por un Espíritu extraño, desplazando de dicho cuerpo a su Espíritu original, mientras no hay mas que una sujeción. Así pues, para el Espiritismo no hay posesos en el sentido vulgar que se le da a esta palabra; no hay sino obsesados, fascinados y subyugados.
- Juan Luis Sanchez- ( de su obra "La lógica del Espiritismo")
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EL ABORTO
“Los padres no son los que deciden tener o no tener hijos. Los padres son los instrumentos que los Seres de Luz, responsables de las programaciones encarnatorias, que son la realidad de nuestra vida física, utilizarán para cumplir una parte del proyecto evolutivo en el campo material”
-Centro de Estudios de Ciencias Universales
Antes de abordar
en profundidad este tema, hay que señalar que el embrión humano y el feto, desde el punto de vista que nos da el
conocimiento espiritual, no son simplemente un trozo de carne como si se
tratase un tumor o de un quiste que se desarrolla en el vientre de la mujer
gestante, sino que se trata del cuerpo en desarrollo de un Ser humano, de un Ser
espiritual que lo necesita para su reencarnación; un cuerpo, que comienza a
formarse por la unión de dos células y a partir de ahí, ya tiene una existencia
y vida propia, aunque para mantener esta durante el transcurso de su desarrollo
en el útero de la madre, dependa por entero de la vida de esta, por el aporte
de alimento, de oxígeno, de calor y de vida que ella le transmite. Por eso el
embrión o el feto, debe ser considerado
como un proyecto de vida humana que ya es una realidad; de un Ser espiritual que ya existía antes de que comenzase el proceso del
embarazo materno y que tal vez viene a
este mundo con una misión importante y en cualquier caso, siempre necesaria.
Existen dos clases de aborto: el espontáneo, por causas accidentales siempre ajenas a la voluntad de la madre, y el provocado voluntariamente que es el que nos sume en el aspecto más grave y delicado a la hora de analizarlo.
El aborto espontáneo es involuntario por parte de los padres, y sucede de forma imprevista o accidental, bien sea por causas orgánicas o psicológicas, tal como pueden ser disturbios mentales y emocionales, deseo de gravidez que puede ocasionar una gestación de un embrión sin ninguna presencia de un Espíritu reencarnante, lo cual supone una falta de directriz en la formación y desarrollo del cuerpo fetal que queda sin posibilidades de vivir porque le falta lo indispensable para su normal desarrollo, y es el Espíritu inmortal que existe antes que ese cuerpo que se debe formar bajo su influencia fluídica.
El aborto espontáneo también puede deberse a problemas espirituales a causa de débitos con la Ley de Consecuencias por parte de uno de los dos implicados (feto y madre), o por parte de ambos. También puede ser causado debido a un proceso obsesivo de la madre o del Ser que pretende reencarnar, llegando a interrumpir el proceso gestante, o bien por existir intensas colisiones mentales entre la madre y el Espíritu reencarnante que sucumbe ante unos fuertes sentimientos de desarmonía.
En todos estos casos independientemente de las causas físicas, psíquicas o espirituales que los provocan, intervienen siempre unas causas de tipo espiritual o kármico para el Ser reencarnante o para sus padres, como por ejemplo en el caso de padres que alguna vez, en esta vida o en otras anteriores, han impedido voluntariamente por razones egoístas, el nacimiento de sus hijos, o que los han abortado voluntariamente, o han ayudado a abortar a otros, etc.
Otro motivo por el que se puede producir el aborto espontáneo, podría ser a causa del temor que puede invadir al Ser reencarnante ante la perspectiva de volver a nacer en este mundo y tener que afrontar las pruebas ,tal vez difíciles, que sabe o intuye que le aguardan, y a pesar del apoyo, consuelos y consejos que recibe en el plano espiritual, finalmente el temor al fracaso le resulta insuperable y retrocede ante el proyecto de nacer, resistiéndose a llevar a término o de completar su proceso reencarnatorio por lo cual, en principio, le es respetado por ser siempre respetado el libre albedrío, desde el plano espiritual al que por sintonía evolutiva pertenece.
En el tema del aborto provocado, hay que diferenciar entre los casos en donde el embarazo o el parto se complican gravemente, poniendo en peligro real la vida de la mujer embarazada. Entonces se puede llegar el extremo de tener que decidir a quien salvar, si a la mujer gestante o el feto, que si se salva puede ser a costa de la vida de su madre. En este caso, lo mas ético y correcto, según señalan los Espíritus de la Codificación Espírita, es la decisión de salvar antes la vida de quien ya está en este mundo, que es la madre, antes que la del Ser que todavía no se ha incorporado a este mundo y que por otra parte, sabemos que no es casual que se vea protagonista en esa tesitura.
Si existe un cuerpo carnal en proceso de formación y desarrollo y sabemos que existe un Ser Espiritual ligado al mismo cuya existencia es imprescindible para que ese cuerpo humano se forme y desarrolle, se puede afirmar que este cuerpo que se está formando y aun no ha nacido a este mundo, ya es un Ser humano, que además durante ese periodo de desarrollo corporal está totalmente indefenso ante cualquier posible agresión exterior que se realice contra él. Y sin embargo las leyes que se vienen barajando al respecto, conductoras, en unos casos de salvaguardar al feto y otras veces a la mujer que una vez embarazada renuncia a ser madre para convertirse en una homicida de su propio hijo, no reconocen ningún derecho al no nacido porque no es considerado como un ser humano.
El aborto provocado es un crimen que supone la interrupción del proceso de la necesaria reencarnación de un Espíritu, o sea, que es el crimen más abyecto que se puede cometer, porque se atenta y asesina a un ser humano inocente, como tal, sin culpa alguna de las circunstancias que acompañan su gestación, y totalmente indefenso.
Hay quien para justificar el aborto, alega que el feto no es un ser humano, se le puede plantear sencillamente: "Si el embrión o el feto es reconocido como un ser que existe independiente de su madre y lo quieren matar alegando que no pertenece a la especie humana, entonces, ¿a qué especie pertenece?..... ¿ Por qué cuando aún está dentro de su madre, se alega que no es nada que se haya de respetar y cuando al final de la gestación finalmente ve la luz con el nacimiento, ya es un Ser humano reconocido, con derecho a protección, que hay que respetar y cuidar, de modo que cualquier forma de atentado contra él es un delito grave? ".
El Espíritu necesita del cuerpo físico para seguir evolucionando en una nueva existencia material, pero en un falso embarazo, si no hay espíritu.... no hay ser humano, y en ese caso ese cuerpo no podría vivir ni desarrollarse, porque no sería nada, sino materia. Un embarazo así no termina nunca el desarrollo hasta el final, como lo haría si hubiese un Ser espiritual reencarnante implicado en este proceso. Este supuesto es realmente poco frecuente pues, repito, para que haya formación y desarrollo del cuerpo, es necesario que lo haga bajo el molde periespiritual del Ser reencarnante, y si no hay Espíritu no hay tal molde.
Otro asunto mas problemático y delicado que queda en la conciencia de quien se ve implicado, es la responsabilidad por los abortos ejecutados voluntariamente, sin una necesidad ética real y con un claro motivo o trasfondo egoísta mas o menos declarado, al amparo de unas leyes humanas vigentes que suelen estar hechas a medida del sentido ético de los políticos y legisladores que con sus decisiones contentan a la multitud que es engañada por los discursos materialistas de algunos sectores de la ciencia, y luego premia con votos su trabajo de defender oscuros intereses humanos en vez de defender la vida, y careciendo absolutamente de ningún sentido ético, moral ni espiritual.
Con el aborto provocado, el lazo fluídico que une al Ser con su cuerpo en formación, es roto violentamente, lo cual produce una enorme perturbación al Espíritu reencarnante que si no es de cierto nivel elevado de evolución moral, puede verse de este modo incitado a promover un proceso obsesivo y persecutorio, por venganza, contra quienes le dañaron.
El aborto provocado amparándose en otras excusas, siempre es un crimen contra la Humanidad, que se concreta contra un Ser humano vivo, pequeño e indefenso. El hecho de que su cuerpo sea todavía un embrión no disminuye la gravedad y responsabilidad del acto porque no deja de ser un Ser humano; no es el grado de desarrollo físico lo que puede determinar la naturaleza de un ser vivo aunque sea no nacido
A veces la excusa que se emplea incluso para hacerlo legal y tranquilizar conciencias, es el de alegar que el motivo es que el feto o el niño viene mal o con alguna enfermedad o deformidad. En este caso habría que señalar que ningún espíritu viene a este mundo enfermo o físicamente deforme por casualidad, sino como resultado de la Ley de Consecuencias, y esa vida humana le es necesaria a él o a sus familiares para su progreso espiritual. Otras veces la “excusa” que se lleva hasta la legalidad para realizarlo, es el caso de violación o estupro. En estos casos, reconociendo la dificultad natural para aceptarlo humanamente, desde un enfoque espiritual esta circunstancia puede ser una prueba y la criatura que está siendo generada es un Ser humano que no tiene ninguna culpa de aquella violación y al que en justicia se le debe dar una oportunidad de vida, como a cualquier otro.
Este acto contra-natura supone un acto abominable, absolutamente violento y contrario a la Ley Divina pues le impide al Ser espiritual una existencia humana que le es necesaria, porque, recordemos, que todos hemos nacido en este mundo con un proyecto de existencia humana, con una misión o una función necesaria, y esa necesidad se llama evolución espiritual.
Las leyes que legalizan este crimen amparándose en supuestos que no sean los de un serio peligro para la vida de la madre, son injustificables desde un enfoque espiritual, moral y humano.
La legalización del aborto no exime a nadie de lo que todos llevamos impreso en lo más íntimo de nuestra conciencia y sin duda, el aborto provocado jamás debe ser una alternativa para solucionar un problema humano, porque el cometerlo, independientemente del grado de implicación o responsabilidad, es fuente y causa de mayores problemas agravando una situación humana que ya de por sí suele ser grave. El aborto provocado sin una justificación médica real que lo aconseje, y se justifique solamente por el alto riesgo de la vida de la madre, siempre supone la destrucción innecesaria de un proyecto de vida humana que se había planificado minuciosamente desde el mundo espiritual, entorpeciendo y perjudicando el proceso evolutivo del Ser reencarnante, al impedirle acceder a una vida programada en el mundo material .
Y además también perjudica gravemente el proceso evolutivo de la propia madre, porque en muchos casos, ella misma, antes de venir al mundo, se comprometió con ese Ser que iba a ser su hijo y ahora lo rechaza y asesina.
Hay quienes contemplan el aborto como si fuese un simple método anticonceptivo
más, porque quieren ignorar la realidad existencial del Espíritu como Ser
inmaterial y real, y quieren creer que el feto solo es un trozo de carne que no
tiene conciencia ni siente por el hecho de estar en una primera etapa de
formación en la que aún no hay un cerebro formado, cosa que ya se ha
experimentado que desde luego no es así. Creen que por eso se puede eliminar
tranquilamente, sobre todo durante las primeras semanas de gestación, en las
que todavía no tiene una figura humana completa o que no tiene un cerebro totalmente
desarrollado y que creen imprescindible
para que un Ser humano tenga existencia y consciencia, pero sin tener en cuenta
que el motor de ese proyecto de vida humana es un Ser espiritual existente y
real que no necesita del cerebro físico para pensar y sentir, y que necesita de la reencarnación para una
nueva vida humana a la que debiera acceder con el mismo derecho que accedimos
todos.
Con este credo materialista y sin alma, amparado por leyes humanas echar a medida del materialismo, la ignorancia y la incredulidad, si no interesa que nazca otro niño, se quita o se mata “esa cosa”, y ¡ya está¡ ; ¡así de fácil !.... Esta forma de pensar y de actuar sobre este tema, con independencia de cómo se quiera considerar o tratar, es un gran crimen y un terrible error, porque demostrado está, que el niño tiene identidad y vida propia cuando está aún dentro de la madre en una primera etapa embrionaria, aunque dependa de ella para alimentarse, vivir y recibir impulsos emotivos. Quieren hacernos creer que solamente puede haber algo de consciencia a partir de los tres primeros meses de embarazo en adelante; ello lo justifica la creencia de que al no haber cerebro anteriormente, no puede haber consciencia, y sin embargo el cerebro y la consciencia son dos cosas diferentes e independientes. Además, ¿ quien puede trazar con precisión en toda mujer embarazada, la línea que limita la fecha del feto en su último día como “cosa” que se puede eliminar sin escrúpulos, del siguiente día de gestación, cuando ya debe ser considerado como un ser humano al que no se puede dañar y al que hay que proteger?
Muchos casos de abortos cometidos al amparo de estas leyes por motivos egoístas y de ignorancia espiritual, suelen generar posteriormente venganzas de los Seres que así fueron asesinados y que luego pueden llegar a atormentar gravemente a los responsables que destruyeron su cuerpo impidiéndoles acceder a una vida a la que tenían todo el derecho. Estos casos de venganza se manifiesta en forma de casos de obsesión o subyugación espiritual, que se suelen tomar como casos de locura por la Psiquiatría, o por intervenciones demoniacas de Posesión según las Iglesias Cristianas.
Como dato preocupante sobre este tema, es de añadir que por ahora esta práctica abortiva aumenta cada año en todo el mundo.
Cualquiera que sean las causas por las que el aborto se pretenda justificar, este es un asunto que queda en la conciencia de quienes se ven implicados en ello, pero en cualquier caso no hay que olvidar que siempre supone la muerte de un Ser humano , por muy en formación que se encuentre su cuerpo. Por tanto, se juzgue o se disimule en argumentos como se quiera, el aborto criminal siempre es un asesinato por el que alguna vez tendrán que pagar sus autores ante las Leyes Divinas de las que todos somos individualmente responsables cuando las violentamos y de lcuyas consecuencias nadie se escapa.
Es también de señalar que la mujer que ha cometido alguna vez este grave error, no solo cometió un crimen contra su hijo, sino contra ella misma, porque su propio cuerpo espiritual (Periespiritu), queda dañado, de modo que puede ser motivo de que no pueda gestar más ni en esta vida presente ni en alguna otra existencia futura, aunque su cuerpo físico esté sano.
Todos estos argumentos los debieran conocer todas las personas en general, en particular las mujeres, que aún ignoran la realidad de la reencarnación y que este Ser que pretenden destruir con su acto egoísta, cobarde y criminal, en una vida anterior tal vez pudo ser un Ser querido con el que se comprometió para recibirlo como su madre en esta vida.
Por último señalar que la mujer que cometió
ese error y le pesa como una losa en su conciencia, se puede redimir cuando
arrepentida pide perdón al Espíritu víctima del aborto y a Dios, comenzando por
el autoperdón consigo misma, apagando este remordimiento con el trabajo y dedicación por los
demás, especialmente hacia los niños y personas desamparadas.
LA MEDIDA CIERTA
J. Herculano Pires (Hermano Saulo)
Medimos, medimos siempre. Cargamos en nuestra
mente la cinta métrica del juicio. Si nos presentan a alguien, inmediatamente
medios a ese alguien de la cabeza a los pies. Más nunca nos interesamos por
verificar si nuestro instrumento de medida está en lo cierto, si no se alteró
con el tiempo y el uso. Dios nos dio el juicio como reflexión de su divina
justicia, pues nos hizo a Su imagen y semejanza, no en el cuerpo, más si
en el espíritu. y por eso nos dio también la compasión, que es el reflejo de Su
divina misericordia. Nuestra imperfección nos lleva a opinar en la
justicia y olvidar la misericordia que en Dios se equilibran.
En 1862, en la ciudad de Burdeos, en Francia, el
espíritu protector Michel dio una comunicación sobre la piedad, que figura en
el capitulo XIII del evangelio Según el Espiritismo. Ese mensaje comienza así:
“La piedad es la virtud que más nos aproxima a los ángeles. Es la hermana de la
caridad que nos conduce para Dios. “Piedad y compasión son sinónimos. El
Espiritismo nos enseña que evolucionamos en dirección a Dios, más que
entre la condición humana y Dios existe la fase angélica por la cual
tenemos que pasar. Nadie se elevará espiritualmente usando apenas la ficha
métrica del juicio.
La medida cierta que podemos aplicar a los otros
es juicio regulado por la piedad, como Emmanuel vuelve a enseñarnos, más de
cien años después de la comunicación de Michel. La violencia de los
antiguos tiempos que nivelo los pueblos barbaros y civilizados por el mismo
padrón de animalidad, como la violencia de nuestro tiempo en el que los
resquicios del pasado repuntan amenazadores, sirven para mostrarnos como
es de difícil el aprendizaje en la Escuela de la Tierra.
Alumnos renitentes, volviendo siempre a las
mismas clases, a través de la reencarnación, aun no aprendimos la
cartilla del Evangelio. La revelación espirita nos socorre en este momento con
sus nuevos métodos de enseñanza, procurando franquearnos la puerta de las
promociones necesarias.
Artículo publicado
originalmente en la columna dominical “Chico Xavier pide licencia”

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