INQUIETUDES
1.-Comunicación del Espíritu de Allan Kardec
2.- Lo tenemos al alcance y no lo vemos...
3.- ¡ Mediumnidad !
4.-La Ley de Igualdad
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COMUNICACIÓN DEL ESPÍRITU ALLAN KARDEC
( Recibida por médiums anónimos )
Amigo Lector, a continuación
se expone un mensaje muy interesante.
Este mensaje fue dictado
por Hippolyte Léon Denizard Rivail, más conocido como Allan kardec, el fue
retirado de la revista Espirita de Mayo de 1969.
Aprecien esta buena
lectura.
Fraternos abrazos: Luciano Dudu
Material
extraido del blog Historia del espiritismo
Hippolyte Léon Denizard Rivail – Allan
Kardec nacio en Lyon 03/10/1804 y desencarnó en París en
el 31 /03/ 1869.
La
abundancia de los materiales no nos permitió publicar actualmente todas las instrucciones
dictadas por ocasión de los funerales del S. Allan Kardec, ni aun
mismo todas aquellas que el mismo dió, reunimos, en una
sola y la misma comunicación, las enseñanzas de un interés general,
obtenidas por intermedio de diferentes médiums.
“Como agradeceros, señores,
por vuestros buenos sentimientos y de las verdades elocuentes
expresadas sobre mi despojo mortal; de esto no dudéis, yo estaba presente y
profundamente feliz, tocado por por la comunión de pensamientos que nos unia por
el corazón y por el espíritu.
Agradecido, mi joven
amigo (Sr. C, Flamarión), agradecido por haber afirmado como lo
hisiteis; os expresasteis con calor; asumisteis una responsabilidad
grave, seria, y ese acto de independiencia os será doblemente contado;
no habreis perdido nada en decir lo que vuestras convicciones y la
ciencia os imponen.
Y actuando así, podrá ser
discutido, pero será honrado con razón.
Os agradezco a todos,
queridos colegas, mis amigos; Agradecido al periodico Paris, que
comienza un acto de justicia, con el articulo de un bravo y digno corazón.
Agradecido, al querido
vice-presidente; Sr. Delannee E. Muller, reciba la expresión de mis
sentimientos de viva gratitud, a todos los que apretasteis afectuosamente, hoy,
la mano de mi querida compañera.
Como hombre, estoy
muy feliz por los buenos recuerdos y por los testimonios de simpatia
que me prodigais; como espirita, yo os felicito por las determinaciones que
tomasteis para asegurar el futuro de la Doctrina; porque, si el Espiritismo no
es mi obra, por lo menos, yo le di todo lo que las fuerzas humanas me
permitieron darle.
Y como colaborador enérgico
y convencido, como combatiente de todos los instantes, de la gran
Doctrina de este siglo que yo amo,
quedaria infeliz si la viese perecer, si tal cosa fuese
posible.
Escucha, con un sentimiento
de profunda satisfacción, amigo mio, vuestro nuevo y digno
presidente deciros: “Actuemos de acuerdo; vamos a despertar a los
que hace mucho tiempo no razonan; vamos a reavivar a los que si razonan! Que no
sea París, que no sea Francia que sea el teatro de vuestra acción; ¡Vamos por
todas partes! Vamos a dar a la Humanidad entera la mano que les hace
falta; vamos a dar el ejemplo de la tolerancia que ella olvidó, de la caridad
que ella conoce tan poco!”
Actuar para asegurar la
vitalidad de la Sociedad; está bien.
Tened el deseo sincero de
caminar con firmeza en el surco trazado, está muy bien; mas no basta querer
hoy, mañana y despues de mañana; para ser digno de la Doctrina es
preciso querer siempre!. La voluntad, que actúa por impulsos, no es
voluntad¸ es el capricho del bien; mas, cuando la voluntad se ejerce con una
calma que nada perturba, con perseverancia que nada detiene,
ella es la verdadera voluntad, inavalable en su acción, fructifera en sus resultados.
Sed confiados en vuestras fuerzas; ellas producirán grandes efectos si las
empleais con prudencia; sed confiados en la fuerza de la idea que os
reune, porque ella es indestructible.
Se puede
activar o retardar el desenvolvimiento, mas detenerla es imposible.
En la
fase nueva que entramos, la energia debe sustituir a la apatía; la calma debe
sustituir al impetu.
Sed
tolerantes unos para con los otros; actuar sobretodo con caridad, por amor, por
afecto. ¡OH! ¡Si conocieseis todo el poder de esta alabanza! Os erguiriais,
amigos míos, y esa transformación espléndida, que se efectuará por
vosotros en provecho de todos, marcará uno de los más
maravillosos periodos de la historia de la Humanidad.
Ánimo, pues,
y esperanza. Esperanza! ... Este hecho, que los hermanos infelices no pueden
percibir a través de las tinieblas del orgullo, de la ignorancia y
del materialismo, no los aparteis aún más de sus ojos. ¡Amaos! Haced que os
amen, que os escuchen, que os miren! Cuando ellos hayan visto, quedaran
deslumbrados.
Cuan feliz
seré entonces, amigos mios, hermanos mios, al ver que mis esfuerzos no han sido
inútiles, y que el propio Dios habrá bendecido nuestra Obra! En ese día, habrá
en el cielo una gran alegría, una gran celebración!. La Humanidad será
liberada del yugo terrible de las pasiones, que aprisionan y pesan
sobre ella como un peso abrumador. Entonces no habrá ya más, , sobre la
tierra, ni el mal, ni el sufrimiento, ni el dolor; porque, los verdaderos
males, los sufrimientos reales, los dolores cruciales vienen del alma. ¡ El
resto no es más que el crujido de un fugitivo de una zarza sobre una vestimenta
!...
A la luz de la
libertad y la caridad humana, todos los hombres reconociéndose, dirán:
“Nosotros somos hermanos” y no tendrán más en el corazón sino un mismo amor, en
la boca,una sola palabra, en los labios, un único murmullo: ¡Dios!
Dictado
por Allan kardec
LO TENEMOS AL ALCANCE Y NO LO VEMOS.....
La Ley de Igualdad
Es una ley cósmica por la que todos aspiramos a sentirnos en una igualdad social que de sentido a la Ley de Justicia.
A simple vista no parece que exista esta ley en nuestro mundo, tan lleno de desigualdades humanas y de injusticias.
Sin embargo la ley de Igualdad existe, y se manifiesta en cada persona como un sentimiento de unidad en lo común, como partes de un todo común y social que nos engloba a todos, ya sea la familia, el pueblo, la nación, etc. del mismo modo que son iguales o semejantes todas las hojas de un mismo árbol, aunque nuestras imperfecciones humanas muchas veces llegan a eclipsar esos sentimientos de igualdad y de unidad.
Dios, en principio, nos creó a todos iguales y nuestro comienzo en el caminar evolutivo fue igual y semejante para todos, aunque la andadura evolutiva de cada uno comenzó en diferente momento o época y el libre albedrío que Dios nos otorgó nos permitió seguir muy diversas sendas de los unos con respecto a los otros. Esto explica las diferencias espirituales, morales y sociales, por lo que teniendo en cuenta además el hecho de que no todos hemos sido creados al mismo tiempo, se comprende que unos han vivido más que otros, del mismo modo en que el anciano sabe de la vida más que el niño por la experiencia de los años vividos.
Vemos desigualdades en las condiciones humanas, intelectuales y morales, así como de aptitudes entre las personas; sin embargo la mezcolanza de todas las aptitudes y condiciones, en su diversidad y en su conjunto, es necesaria para el progreso social del ser humano.
Otra cosa bien distinta es el caso de las desigualdades sociales, que son a veces producto y resultado global del orgullo, de la injusticia, del egoísmo y de la falta de caridad de los humanos, pero también lo son muchas veces por el diferente mérito y el diferente nivel de esfuerzo y de trabajo de unos con respecto a otros. Es lógico que un hombre por un trabajo de mucha repercusión social, que le ha costado muchos años de esfuerzo y preparación poder estar capacitado para hacerlo bien, sea remunerado por él, en un nivel mucho más alto que al que su trabajo no le ha supuesto un esfuerzo tan largo o intenso, por tanto los niveles sociales entre ambos vendrán dados por los niveles económicos respectivos, que nunca podrán ser iguales.
Por esta Ley todos aspiramos a ver algún día superados en nuestro mundo las injusticias y las discriminaciones tanto individuales como colectivas o sociales, que permanecen aún como un viejo atavismo cada vez con menos sentido, por injusto y fuera de lugar.
Igualdad y justicia no significan que a todo el mundo haya que valorar con el mismo rasero, pues eso precisamente sería lo injusto, pues la desigualdad humana en el esfuerzo, el trabajo y el desarrollo de la inteligencia, en definitiva: el impulso y el desarrollo evolutivo, es siempre diferente de unos individuos a otros, por lo que esa igualdad es precisamente la de esta Ley Natural que es la misma para todos y que nos impulsa a equipararnos siempre las personas de mayor nivel, tratando de igualarlas o superarlas, por lo que esta ley está relacionada directamente también con la Ley General de Evolución del Espíritu.
El conocimiento y aceptación de la Reencarnación, nos ayudará a respetar y amar a nuestros semejantes, reconociéndolos como iguales a nosotros, aunque socialmente en la vida actual no seamos iguales, del mismo modo que admitimos o respetamos que haya prototipos físicos de muchos tipos: altos, bajos, gorditos, delgados, morenos, rubios, etc. En realidad, lo único que nos diferencia a unos de otros, es el diferente escalón que ocupamos en la escalera infinita de la evolución espiritual.
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