Francisco Cándido Xavier
“En la reunión pública del día 4 de septiembre de 1972 fue integrada por un gran número de señoras, siendo procedida por largo dialogo en el que algunas de ellas formulaban preguntas en torno a niños con dificultades, en lo tocante a hijas de padres aun vivos en la Tierra.
¿Cómo actuar ante los niños de tierna infancia, bajo el impacto de las cuestiones que aparecen en el área de las parejas divorciadas? ¿Cómo socorrer a los niños abandonados por los padres en las manos abnegadas, aunque en penuria, madres abandonadas por los compañeros?
¿Qué hacer con los pequeños nacidos de dedicadas madres solteras en lucha por la propia manutención? ¿Cómo actuar la mujer ante los hijos necesitados de protección y asistencia, cuando los maridos o compañeros se hacen empedernidos alcohólicos?
Indagaciones como esas fueron hechas en gran número. Y los argumentos alusivos al asunto fueron los más diversos. Iniciadas las tareas doctrinarias de la noche, El Libro de los Espíritus nos ofreció la cuestión número 890 para estudios y comentarios.
Al termino de la reunión, nuestro querido Emmanuel escribió el mensaje Palabras a las madres, que a continuación puso en sus manos a petición de varias señoras que estaban presentes.”
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| Emmanuel |
Si el Señor te concedió hijos al corazón de mujer, por más difícil que se te haga el camino terrestre, no arrojes a los pequeños al vendaval de la adversidad.
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Es posible que el compañero haya desertado de las obligaciones que el mismo aceptó, bandeándose para la fuga bajo la compulsión de errores , de los cuales un día se desprenderá.
No le condenes, sin embargo, la actitud. Bendícelo y, cuanto sea posible, ampara a los hijos inexpertos queque quedaron a la espera en los cansados brazos.
¿Quién podrá en el mundo, calcular la extensión de las fuerzas negativas que asedian, muchas veces, a la criatura sumergida en el cuerpo físico, induciéndola a transitorio olvido de los encargos que abrazo? ¿Quién conseguirá, en la Tierra, medir la resistencia espiritual de la persona empeñada al rescate complejo de múltiples compromisos remaneciéndole de existencias pasadas?
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Si fuiste sentenciada a la indiferencia y, en muchas ocasiones, hasta aun mismo a extremada penuria, al lado de niños que te solicitan protección y cariño, permanece con ellos y, esposando el trabajo por escudo de seguridad y tranquilidad, conserva la certeza de que el Señor te proveerá con todos los recursos indispensables para la precisa sustentación.
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Es natural que preserves la propia independencia y que no transformes la maternidad en un cautiverio en el cual te desequilibres o desequilibres a los seres amados, a través del apego enfermizo. Más cuando los hijos aun niños te pidan apoyo y ternura, a fin de garantizar en la propia formación de la cual consigan partir en demanda al mar alto de la experiencia, dispensándote la cobertura inmediata, auxílialos, como pudieras, aun mismo al precio de sacrificio, con el fin de que marchen, dentro de la seguridad necesaria, para las tareas que están destinados.
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¡Sus hijos son pequeños!... Recuerda que las leyes de la vida aguardan del hombre la ejecución de los deberes paternales que haya asumido ante ti; entretanto, si eres madre, no olvides que la Providencia Divina, con relación al hombre, en lo que se reporta a conocimiento y convivencia, determinó que los hijos pequeños te fuesen confiados nueve meses antes.
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| Herculano Pires |
¿Será el amor materno una virtud o apenas un instinto que tanto se manifiesta en la Humanidad como en los animales? Kardec propuso esa cuestión a los espíritus superiores y podemos encontrarla, con la respuesta dada, en la pregunta 890 de El Libro de los Espíritus. En la reunión a que se refiere Chico Xavier, abierto el libro al acaso, fue esa la cuestión que salió para los estudios.
Los espíritus responden que el amor materno es instinto en los animales y también en la criatura humana, más en los animales es limitado a las necesidades de conservación y desarrollo de la prole, despareciendo enseguida. Y acrecientan: “En la criatura humana persiste por toda la vida y aporta una devoción y abnegación, que constituyen virtudes, pues sobreviven a la propia muerte, acompañando al hijo más allá de la tumba. Ved en hay en el alguna cosa de lo que en el animal.”
En las sesiones mediúmnicos, cuando nos enfrentamos con espíritus endurecidos, vemos casi siempre que ellos son socorridos por las madres que se desvelan en el mundo espiritual por ampararlos y desviarlos del error. Es el amor materno acompañándolos más allá de la tumba. Así son los hechos que nos dan seguridad de la verdad espirita, pues de Kardec hasta hoy los principios doctrinarios son confirmados en todas las experiencias serias y bien dirigidas.
En el mensaje de Emmanuel tenemos también el problema del amor fraterno, que es esencial para la evolución humana. Ese amor, que cubre a todas las criaturas, depende de nuestra capacidad de superación del egoísmo, de elevarnos por encima de nosotros mismos para poder perdonar y aceptar a los otros. Es el caso de la esposa abandonada por el marido, que la deja en dificultad para criar y educar a los hijos.
Emmanuel recuerda la carga de fuerzas negativas procedentes de existencias anteriores y la fragilidad de la criatura humana para vencerlas en ciertas circunstancias. De ahí el aconsejar a la mujer que no condene al tránsfuga, para no aumentar esa carga, auxiliándolo a vencerla con sus buenos pensamientos y sentimientos de amor.
La madre está biológica y espiritualmente más ligada a los hijos que el padre. En ella, por tanto, el instinto natural y la virtud moral se conjugan de manera más profunda. Grande es la responsabilidad paterna por los hijos, más la responsabilidad materna es aún mayor.
Artículo publicado originalmente en la columna dominical “Chico Xavier pide licencia” del periódico Diario de S. Paulo, en la década de 1970
Traducido por M. C. R.
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FAMILIARES
“Por tanto cualquiera que hiciera la voluntad de Dios ese es mi hermano y mi madre.” –JESÚS – MARCOS, 3, 35.
“Hayí, pues, dos especies de familias: las familias por los lazos espirituales y las familias por los lazos corporales. Duraderas, las primeras se fortalecen por la purificación y se perpetuán, en el mundo de los Espíritus, a través de las variadas emigraciones del alma; las segundas, frágiles como la materia, se extinguen con el tiempo y, muchas veces, se disuelven moralmente ya en la existencia actual.” – Cap. XIV, 8
Parentela – instituto primario de caridad.
Más allá, fuera del hogar, es posible el sosiego en la conciencia, distribuyendo las sobras del dinero o del tiempo, con el merito de quien sabe atender la beneficencia.
Nada difícil es soportar al agresor desconocido que raramente conseguimos entrever.
Ningún sacrificio en amparar al enfermo, tirado en la calle, a quien no nos vinculamos en compromiso directo. En casa, sin embargo, somos constreñidos al el ejercicio de la asistencia constante.
Es ahí, en el reducto doméstico, tras de las paredes que nos aíslan del aplauso público, que la Providencia Divina nos examina la madurez mental o el provecho de los buenos consejos que administramos.
Nosotros, que de vez en cuando, desembolsamos sonriendo pequeña cantidad de recursos amonedados, en beneficio de los otros, que estamos incesantemente convocados a sustentar a los familiares que precisan de nosotros, no apena movilizando posibilidades materiales, más también apoyo y comprensión, disciplina y ejemplo, resguardando las fuerzas que nos aseguran la felicidad.
Ansias pruebas sublimes, quieres la convivencia con las entidades superiores, sueñas con la posesión de dones luminosos, suspiras por la ascensión espiritual…
Contempla, no en tanto, el espacio estrecho que te sirve de morada y acuérdate de la criatura en la escuela.
En cada compañero que participa en la consanguinidad, tenemos un libro de lecciones que, algunas veces, nos detiene el paso por enorme tiempo, en el esfuerzo de la repetición. Cada uno de ellos nos impele a desenvolver determinadas virtudes; en unos, la paciencia, en otros, la lealtad, y aun en otros, el equilibrio y la abnegación, la firmeza y la dulzura.
Con el pretexto de auxiliar a la Humanidad, no huyas del crisol ferviente en la lucha que la vida te colocó bajo el tejado que respiras. Aun mismo al precio de todos los valores de la existencia física, repite millares de veces, tus demostraciones de humildad y servicio, ante las criaturas que te rodean, ostentando los títulos de padre o madre, esposo o esposa, hijos o hermanos, porque es de tu victoria junto a ellos que depende tu admisión definitiva, entre los amados que te esperan, frente a la luz de la perpetuidad del regocijo en la Familia Mayor.
Del libro “El Libro de la Esperanza” de Chico Xavier
NOTA IMPORTANTE: Los lunes,miércoles y jueves a las 22,30 horas, pueden participar en el chat de la Federación Espírita Española.
Los viernes a las 23,00 horas se os invita a asistir a una conferencia en la misma sala.
Los domingos a las 21,00 horas tenemos la clase de Estudio del Espiritismo por el "Grupo espírita Sin Fronteras".dirigido por Carlos Campetti-
Y además recomiendo los Blogs: El espirita albaceteño.- elespiritadealbacete.blogspot.com.es
Albacete espírita: espiritismoalbacete.blogspot.com.es
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