Programa de artículos para el día de hoy:
-"Donde el amor impera, todas las leyes sobran".
- Bienaventurados los que lloran.
-El hombre honrado, según Dios o según los hombres
-Obsesión, enfermedad desconocida y poco estudiada
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“DONDE EL AMOR IMPERA, TODAS LAS LEYES SOBRAN”
“Nosotros los espiritistas tenemos un aforismo que simboliza fielmente los ideales que perseguimos, nosotros decimos: “donde el amor impera todas las leyes sobran.”
“Para que el socialismo haga su jornada, que sea provechosa para todos, el Espiritismo lo basa en el parentesco espiritual de todos los hombres.”
“El Espiritismo proclama la igualdad de todos los seres humanos y funda esta igualdad en que el espíritu que anima a todos los hombres es igual, porque tiene el mismo origen.”
“Según nuestra doctrina, cada uno es hijo de sus obras.”
Los espiritistas son socialistas, pero su socialismo se funda en el amor verdadero que debe existir entre todos los hombres, de este amor, así considerado, fluye naturalmente el sentimiento de justicia.”
“El Socialismo es un capitulo del Espiritismo. El Socialismo arranca para nosotros los occidentales de la doctrina predicada por Jesús; es aquí donde se halla la razón fundamental del Socialismo. No tendremos jamás verdadero Socialismo, mientras se quiera prescindir del amor cristiano...”
COSME MARIÑO “Concepto Espirita del Socialismo”
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BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN
Con estas palabras: "Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación", indica Jesús al mismo tiempo la compensación que se reserva a los que están padeciendo y la resignación que hace bendecir al sufrimiento como preludio de la curación.^
Incluso esas expresiones pueden traducirse de esta otra manera: "Debéis conceptuaros dichosos de padecer, porque vuestros dolores de este mundo son la deuda que habéis adquirido a causa de vuestras pasadas faltas, y si soportáis con paciencia en la Tierra esos dolores, os ahorrarán siglos enteros de sufrimiento en la vida futura. Por tanto, debéis sentiros felices por el hecho de que Dios reduzca vuestra deuda permitiéndoos pagarla hoy, lo cual os asegura tranquilidad en el futuro."
El hombre que sufre es semejante a un deudor que debe una gran suma y a quien su acreedor dice: "Si me abonáis ahora mismo el uno por ciento del importe total os doy por pagado el saldo
y quedaréis libre. En cambio, si así no lo hacéis, os perseguiré hasta que me hayáis abonado hasta el último centavo. " Este deudor, ¿no se sentirá feliz soportando toda clase de privaciones con tal de poder pagar sólo ese uno por ciento del importe total de su deuda y quedar con ello libre? En vez de quejarse de su acreedor, ¿no le dará las gracias? .
Tal es el sentido de esas palabras: "Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación." Son dichosos porque están pagando, y después de este pago quedarán en libertad.
Pero si pagamos por un lado y nos endeudamos por el otro no alcanzaremos jamás nuestra liberación. Pues bien, cada nueva falta en que incurrimos va aumentando nuestra deuda, porque no hay una sola, sea cual fuere, que no traiga consigo su punición forzosa o inevitable. Si no es hoy, será mañana. Si no en esta vida, habrá de serlo en otra. Y entre esas culpas hay que colocar en primera fila a la falta de sumisión a la voluntad de Dios. Por tanto, si en medio de nuestras tribulaciones protestamos, si no la aceptamos con resignación y como cosa merecida, si acusamos a Dios de injusto para con nosotros, estamos contrayendo una nueva deuda,que nos hace perder el beneficio que hubiéramos podido extraer del sufrimiento. De ahí que debamos recomenzar del mismo modo que aquel que, teniendo un acreedor que le presiona, le va abonando parte de lo adeudado pero al mismo tiempo solicita nuevos créditos.
A su ingreso en el mundo de los espíritus, el hombre es como los obreros que se presentan para percibir sus haberes en el día de pago. A unos se les dirá: "Este es el importe que os corresponde por los días trabajados:" En cambio, a los otros, a los felices de la Tierra, aquellos que han vivido en la ociosidad, poniendo su dicha en las satisfacciones del amor propio y en los placeres mundanos, a éstos habrá de decirles: " No os toca nada, porque habéis recibido vuestros haberes en la Tierra. Marchaos de aquí y recomenzad vuestra tarea".
El Evangelio según el Espiritismo.
Allan Kardec
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El hombre honrado según Dios o según
los hombres
José bré
Muerto en 1840, evocado en Burdeos por su nieta 1862
Querido abuelo, ¿ queréis decirme cómo estáis en el mundo de los espíritus y darme algunos detalles instructivos para nuestro adelanto?
Todo lo que tú quieras, mi querida hija. Expío mi falta de fe, pero la bondad de Dios es grande, y toma en cuenta las circunstancias. Sufro, no como podrías entenderlo, sino por el sentimiento que tengo de no haber empleado bien mi tiempo en la Tierra.
¿ Cómo no lo habéis empleado bien, si habéis vivido siempre como hombre honrado?
Sí, desde el punto de vista de los hombres, pero hay un abismo entre el hombre honrado ante los hombres y el hombre honrado ante Dios. Quieres instruirte, hija mía. Trataré de hacerte conocer la diferencia.
Entre vosotros se tiene a un hombre como honrado cuando respeta las leyes de su país, respeto elástico para muchos . Cuando no hace mal a su prójimo, quitándole ostensiblemente lo suyo, pero le quita a menudo sin ningún reparo su honor y su dicha, desde el momento en que el código o la opinión pública no pueden alcanzar al culpable hipócrita. Cuando se ha grabado en la lápida de la tumba la retahíla de virtudes que se ensalzan, se cree haber pagado una deuda a la Humanidad. ¡Qué horror! No basta para ser honrado ante Dios dejar de infringir las leyes de los hombres.
Es preciso ante todo no haber quebrantado las leyes divinas.
El hombre honrado ante Dios es aquel que, lleno de abnegación y de amor, consagra su vida al bien, al progreso de sus semejantes. Aquel que, marchando al fin que se propone, es activo en la vida para cumplir la tarea material que se le ha impuesto, porque no debe olvidar que sólo es un servidor al cual el amo le pedirá un día cuenta del empleo de su tiempo. Activo hasta el fin, porque debe predicar con el ejemplo el amor del Señor y del prójimo. El hombre honrado ante Dios debe evitar con cuidado esas palabras mordaces, veneno escondido entre flores, que destruyen las reputaciones y a menudo mata al hombre moral cubriéndole con el ridículo.
El hombre honrado ante Dios debe tener siempre el corazón firme contra el menor átomo de orgullo, de envidia, de ambición. Debe ser paciente y dulce con los que le atacan. Debe perdonar de todo corazón, sin esfuerzos y sobre todo sin ostentación, a cualquiera que le haya ofendido. Debe amar a su Creador en todas sus criaturas. Debe, en fin, poner en práctica este resumen tan conciso y tan grande de los deberes del hombre. Amar a Dios sobre todas las cosas y a su prójimo como a sí mismo.
He ahí, mi querida hija, casi explicado lo que debe ser el hombre honrado ante Dios. Pues bien, ¿ he hecho yo esto? No, he faltado a muchas de esas condiciones, lo confieso sin avergonzarme.
No he tenido la actividad que el hombre debe tener. El olvido del Señor me ha arrastrado a otros olvidos que, no por no caer bajo la ley humana, dejan de ser prevaricaciones a la ley de Dios. He sufrido bastante por eso cuando lo he reconocido, y por esta razón me anima hoy la consoladora esperanza en la bondad de Dios, que ve mi arrepentimiento. Decidlo, querida hija, repetidlo a los que tiene la conciencia cargada. Que cubran sus faltas a fuerza de buenas obras, y la misericordia divina se detendrá en la superficie.
Sus ojos paternales encontrarán las expiaciones y su mano poderosa borrará las faltas.
El Cielo y el infierno.
Allan Kardec.
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OBSESIÓN ENFERMEDAD DESCONOCIDA Y POCO ESTUDIADA
- Mercedes Cruz-
En verdad, que los espíritus influyen en nuestros pensamientos y en nuestros actos, mucho más de lo que imaginamos. Según el Codificador, “Es un error creer que se precisa ser médium, para atraer así a los seres del mundo invisible. Ellos, pueblan el espacio; los tenemos incesantemente a nuestro alrededor, interviniendo en nuestras reuniones, siguiéndonos o evitándonos, conforme los atraigamos o repelamos”.
Los tiempos van madurando y la obsesión es cada vez más conocida, la Doctrina Espirita, desde que surgió en el siglo pasado, ha contribuido para ese cambio, toda vez que es una de las “minorías creativas” a señalar caminos a la civilización venidera para los Tiempos Nuevos. Kardec y la falange de Espíritus de la Tercera Revelación resaltan, entre sus enseñanzas, la importancia de los atributos y propiedades del Espíritu destacando el pensamiento como su producción específica, que le permite las conexiones con los demás seres del universo.
En este siglo, la revelación continúa, con los Benefactores Espirituales, de los cuales André Luiz es portavoz, afirmando que El Universo es la exteriorización del Pensamiento Divino, y la civilización es producto de la mente humana.
Para admitir la obsesión “influencia de los espíritus inferiores en la mente”, en nuestros pensamientos y actos, es preciso aceptar la inmortalidad del alma y su capacidad de asociación – benéfica o maléfica- en todos los planos de la vida.
Son muy pocos los científicos e investigadores, psiquiatras y psicólogos, que estudian o se interesan por la obsesión, desconocen el asunto, cuando no lo ignoran deliberadamente.
La humanidad terrena se aproxima, cada día, a la esfera de vibración de los invisibles de condición inferior, que la rodea en todos los sentidos y, en verdad, un abrumador porcentaje de habitantes de la tierra no se preparó para los actuales acontecimientos evolutivos es por esa razón que se necesita que médicos Psicólogos y profesionales del área de la salud precisan inclinarse sobre este tema, procurando ofrecer más amparo a la mente humana, que, actualmente peligra, de forma asustadiza, tendiendo al total desequilibrio.
El mayor amparo que encontramos para la obsesión se encuentran en los centros espiritas donde el número de agentes de salud que se afanan, anónimamente, ofreciendo su modesto trabajo, bien como médiums, bien como adoctrinadores o esclarecedores, pero ante las situaciones complejas que existen en la humanidad es necesario que el número de estos servidores sea multiplicado, aunque se reconoce que es un campo casi inexplorado, donde está prácticamente todo por hacer y exige mucho esfuerzo humano en el campo de la investigación.
Por eso es necesario que el Plano Superior influya en el ánimo de los investigadores espiritualistas para que se intente llevar mayor apoyo a la mente humana; por esa razón, no tenemos ningún deseo de que se nos considere demasiado crédulo, dentro o fuera del contexto científico. Sabemos perfectamente, que esta es un área aún llena de preconceptos mas no podemos olvidar la relatividad del tiempo, muchas teorías antes consideradas indestructibles ya fueron barridas de la faz del planeta y otras están en vías de desaparecer.
Emmanuel esclarece que existen más de 20 billones de almas desencarnadas, errantes y conscientes, alrededor de la tierra, estando la mayoría de ellas aún necesitadas del impositivo de la reencarnación.
Con este dato, es posible imaginar el grado de heterogeneidad espiritual que nos circunda, y, en consecuencia, la gran complejidad de los intercambios torturados e infelices, entre encarnados y desencarnados y de los encarnados entre sí.
Por eso, el estudio de la mediúmnidad patológica o torturada, conocida como obsesión, se revela tan importante para la salud humana. Y representa sin duda, una contribución de valor inestimable del Espiritismo a la Medicina.
Según la definición clásica de Allan Kardec, en el Libro de los Médiums: “obsesión es el dominio que algunos Espíritus logran adquirir sobre ciertas personas.
Los espíritus inferiores procuran imponer constreñimiento a la voluntad del dominado. De acuerdo con el grado de ese constreñimiento es la naturaleza de los efectos que produce, podemos tener obsesión simple, fascinación y subyugación, conforme a la conocida clasificación del maestro de Lyon , en el Libro de los Médiums, dirigida especialmente a los intermediarios, para alertarlos en cuanto a los escollos en el ejercicio de la mediúmnidad.
En las Obsesiones Simples, la criatura es perseguida, con tenacidad, por un determinado espíritu del cual no consigue desembarazarse. Puede ser física, cuando los Espíritus producen espontáneamente manifestaciones ruidosas y persistentes, a través de golpes, ruidos, transportes de objetos, incendios espontáneos etc. .
La Fascinación es una ilusión producida por la acción directa de un Espíritu sobre el pensamiento del médium y que, de cierta manera, le paraliza relativamente el raciocinio en las comunicaciones. Ese tipo de mediúmnidad tiene consecuencias muy graves, porque el médium no cree que esté siendo engañado. Es capaz de escribir cosas absurdas, o ser compelido a situaciones ridículas, sin darse cuenta de la mentira en que está envuelto.
En este caso, el obsesor tiene el arte de la disimulación; es astuto, sagaz, y profundamente hipócrita. Habla de virtudes, invoca nombres venerables, pero siempre deja traslucir actitudes y conceptos mezquinos que revelan su naturaleza inferior.
En la Subyugación, tenemos un grado más avanzado de obsesión, hay veces que el constreñimiento es tan fuerte que es denominado posesión. A Kardec no le gustaba ese término, y explicó las razones, pero, se rindió al hecho de que, en muchos casos, todo ocurre como si realmente fuese una posesión. “Volvamos a esa afirmación absoluta, porque ahora nos es demostrado que puede haber verdadera posesión, esto es, sustitución, aunque parcial, de un Espíritu errante por un encarnado.”
Edith Fiore engloba todos los casos de obsesión en una única clasificación – posesión-. Afirma: “Descubrí dos categorías principales de condiciones o comportamientos que desembocan en posesión: aquellas en que las personas efectivamente invitan a los espíritus a entrar y aquellas en que las mismas no solo no tienen consciencia de la posesión, sino que no quieren de manera alguna – en un nivel consciente que esto acontezca”.
El Espiritismo, pues, enseña aún más, que “la obsesión presenta caracteres muy diferentes, que van desde la simple influencia moral, sin perceptibles señales exteriores, hasta la perturbación completa del organismo y de las facultades mentales”.
Tanto en nivel anímico, como espiritico, el hombre está sujeto a influencias muy diversas, inclusive las más negativas y puede sufrir constreñimientos psíquicos y orgánicas de grados variables, que pueden llevar hasta la muerte física.
En el círculo de los recuerdos imprecisos, se traducen por simpatía y antipatía, vemos las cuestiones de la obsesión llevadas al campo carnal, en donde, en obediencia a los recuerdos vagos e innatos, los hombres y las mujeres, unidos unos a los otros por los lazos de la consanguinidad o de los compromisos morales, se transforman en perseguidores y verdugos inconscientes entre sí. Los antagonismos domésticos, los temperamentos aparentemente irreconciliables entre padres e hijos, esposos y esposas, parientes y hermanos, resultan dos choques sucesivos de la subconsciencia, conducida a recapitulaciones rectificadoras del pasado distante. Congregados de nuevo, en la lucha expiatoria o reparadora, los personajes de los dramas del pasado, pasan a sentir y ver, en la tela mental, dentro de sí mismas, situaciones complicadas y escabrosas de otra época, fracasos de los contornos oscuros de las reminiscencia, cargando consigo fardos pesados de incomprensión, actualmente definidos como “complejos de inferioridad”.
Los encarnados en ese estado es un fuerte candidato a la locura, porque no sabe explicar los recuerdos imprecisos que brotan del pasado en el presente y no cuenta tampoco con el auxilio de la psiquiatras o neurólogos, muy presos aún a las convicciones de la medicina ortodoxa. Según cree, le falta el agua viva de la comprensión y la luz mental que le revele el camino de la paciencia y de la tolerancia, a favor de la propia redención.
Enseña Áulus que la mejor manera de extinguir el fuego es no proporcionarle combustible. El remedio más eficaz es la fraternidad operativa. Por eso mismo, Cristo nos aconsejaba el amor a los adversarios, el auxilio a los que nos persiguen, y la oración por los que nos calumnian.
En muchos hogares, en donde no existe el Evangelio de Cristo en el corazón, la obsesión telepática ha producido muchas lágrimas, separación y hasta locura.
Existe también otro factor a considerar, los espíritus inferiores, muchas veces comparsas o enemigos de otras encarnaciones, que se inmiscuyen en los procesos de obsesión telepática, agravando mucho el cuadro patológico inicial.
Emmanuel resalta que nuestros pensamientos dictan nuestra conducta y que, de acuerdo con nuestra conducta, expresamos nuestros objetivos y anhelamos compañías a las cuales deseamos parecernos.
Nuestras ideas exteriorizadas crean, por tanto, imágenes tan vivas cual lo deseamos. No nos podemos olvidar de que la idea es un “ser” organizado por nuestro espíritu, y que el pensamiento da forma y a la cual la voluntad imprime movimiento y dirección.
Como nuestras acciones son fruto de nuestras ideas, generamos la felicidad o la desventura para nosotros mismos. El encarnado puede, así, ser perseguido por sí mismo, debido a sus propias acciones mentales.
La memoria es un disco vivo y milagroso. Fotografía las imágenes de nuestras acciones y recoge el sonido de cuanto hablamos u oímos... Por intermedio de ella, somos condenados o absueltos; dentro de nosotros mismos.
Por esa razón los profesionales espíritas del área de la salud procuren hacer hincapié, en el valor del pensamiento y la importancia de la auto disciplina, basada en las lecciones de Cristo, en todas las oportunidades que se le ofrecieron, porque, en verdad, solo el Bien construye para toda la eternidad.
Extraído del libro (la Obsesión y sus máscaras)
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