domingo, 2 de noviembre de 2025

A tener en cuenta en las reuniones mediúmnicas (8)

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- ¿ Por qué olvidamos las vidas pasadas?. ( 2ª Parte )

2.- A tener en cuenta en las reuniones mediúmnicas (7 )

3.- Distinción entre el bien y el mal

4.- A tener en cuenta en las reuniones mediúmnicas (8)

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 ¿ POR QUÉ OLVIDAMOS LAS VIDAS PASADAS ?

( Parte II- Final)

¿

 Si analizamos la cuestión y somos sinceros con nosotros mismos: ¿Cuántas cosas quisiéramos todos borrar de nuestra vida actual que son otros tantos obstáculos para nuestra paz interior? Por un momento imaginemos que se multiplican todos esos tormentos. Pues eso sería el recuerdo del pasado. Demos gracias por poder empezar de cero en esta vida, de no ser así sería un suplicio para la gran mayoría de la población. Aunque esto no será eternamente así, pues a medida que el ser humano progrese moralmente, su campo psíquico se dilatará y las facultades del espíritu irán ganando terreno en la Tierra.
     Día llegará en que el recuerdo del pasado sea normal, claro que para llegar a esto tendremos que haber depurado la conciencia y no puede albergar el alma ningún resentimiento hacia ninguna persona, ya seamos agresores o víctimas.
     Realmente dicho olvido del pasado no se produce totalmente, ya que tenemos un faro que nos guía llamado intuición en el fondo de nuestra conciencia, para rescatar conocimientos profundos y llevarlos a la conciencia cerebral. Esto es lo que nos interesa recordar del pasado, las adquisiciones, logros y capacidades adquiridas, de aquí vienen nuestras habilidades, vocaciones y predisposiciones. Ahora citaremos un ejemplo: Dos personas en igualdad de inteligencia, estudian un mismo asunto, uno lo asimila muy rápido mientras que al otro le cuesta mucho trabajo comprenderlo. Esto es porque uno sólo tiene que recordarlo, entrando en acción la intuición y el otro es la primera vez que se enfrenta ante esa materia.
     Llegados a este punto analizaremos en qué circunstancias se puede dar el recuerdo de las vidas pasadas, cómo bajo una modificación de la vibración es posible llegar a esa memoria profunda.
     En primer lugar examinaremos los individuos que se acuerdan de otras vidas de una manera natural: de ciertos lugares, objetos, personas, etc. Esto se suele dar en países donde el conocimiento de la ley de la reencarnación está extendido y hay menos barreras psíquicas para que se de esta circunstancia, aunque es poco usual, ya que esto suele ocurrir si ese recuerdo es útil para su actual encarnación. En Oriente se han podido comprobar y certificar algunos casos de este tipo.
     Continuamos estudiando algunos sueños de vidas pasadas. Al dormir tenemos un desprendimiento del alma, esta más libre, puede acceder al archivo del pasado aunque se encuentra con el bloqueo vibratorio de hacer llegar esa visión del alma al cerebro del cuerpo físico (para más información del sueño ver el artículo publicado en El Ángel del Bien nº 2 del mes Octubre 2007 “El Maravilloso Mundo de los Sueños).
     A continuación citaremos algunos casos de niños pequeños que dicen acordarse de cosas ya vividas. Esto tiene una explicación y es porque hasta los siete años aproximadamente el alma no se encuentra totalmente imbuida por la materia y ese pequeño desprendimiento los hace más partícipes del plano espiritual, más perceptibles y más accesibles a recuerdos de otras vidas. Los hay que narran con exactitud vidas anteriores, siendo comprobadas algunas (existen varios ejemplos en el libro El problema del Ser y del Destino de León Denis pág. 212 a 214 de ed. Kier). Según va creciendo el niño el engranaje espiritual se completa con el cuerpo, quedando el espíritu totalmente absorbido por la materia, siendo ya el recuerdo de las vidas anteriores imposible.
      A los niños no se les debe forzar la percepción espiritual, si la tuvieran hay que tratarlo como algo natural, sin darle importancia, lo habitual es que esto cese con la edad.
     Seguidamente nos centraremos en la sugestión. Con esta puede llegar a producirse un desprendimiento parcial del alma con la consiguiente modificación vibratoria que restablece la relación cerebral y la conciencia profunda; hay distintas fases, a más amplio desprendimiento, más profundo y amplio es el recuerdo. Con el regreso a la carne quedan eclipsados los recuerdos, esto es lo que comúnmente conocemos como “Regresiones”. Desde mi punto de vista sólo lo recomendaría para poder acceder al foco de alguna patología, nunca como medio de curiosidad, ya que tiene sus riesgos. Si analizamos y pasamos por el filtro de la razón, la gran mayoría de regresiones que realizan los profesionales y estudiosos del mundo psíquico, suelen tener por resultado el recuerdo de vidas en las que la inmensa mayoría han sido Reyes y personalidades muy conocidas, en la actualidad conozco cinco personas que dicen haber sido Cleopatra, cuando la lógica nos dice que eso es imposible. La ciencia psíquica no es como las matemáticas donde dos más dos son cuatro, cada persona es diferente y si por ley natural no se produce este recuerdo, forzándolo sólo obtendremos resultados positivos si buscamos algún fin noble.
Finalmente llegamos al desprendimiento total con la muerte del cuerpo físico, esto es la libertad para el espíritu. Aquí se producirá el recuerdo completo de todas las vidas, pero recuerde, querido lector, que la primera condición para recordar es querer recordar. Por eso nos encontramos con comunicaciones de espíritus que continúan, como en la Tierra, sin el recuerdo del pasado; ciertos dogmas religiosos son un gran impedimento a la hora de producirse este recuerdo gradual del pásado. Al comprimir nuestra mente bajo ciertas teorías que resultan ser una venda oscura para nuestras percepciones espirituales, una vez que pasamos el sepulcro. Para las personas que creen en la reencarnación y los que han alimentado el espíritu con conocimientos del más allá, les cuesta menos trabajo adaptarse y despertar las facultades espirituales después de la muerte. Vista, oído, tacto, etc., se unen y se multiplican, lo bello es mil veces más bello y lo penoso es mil veces más penoso.
     Aquí llegamos a un punto culminante del ser, ya que con la memoria acariciando las existencias anteriores encuentra el sentido de esta última encarnación que acaba de completar al encontrar en los crímenes y dolores del pasado la causa de los logros y expiaciones sufridas junto con la razón de su situación actual. Ve la correlación de sus vidas pasar, el pasado explica lo presente y deja prever el porvenir, por desgarrador que sea este examen es justo y necesario, pues puede ser el punto de partida de las resoluciones saludables y de la redención. Acaba de conocer sus aciertos y sus errores y se convierte en su propio juez. Has leído bien, no hay ningún verdugo de la inquisición, sino que para el espíritu que ya se le ha despertado su conciencia será el mismo el que tenga que enfrentar su balance. Comienza un periodo de examen y recogimiento, será dichoso por los logros obtenidos y sufrirá por los errores y las oportunidades perdidas. La conciencia del hombre recto y honesto goza de un equilibrio y una unión con las leyes de Dios, la del criminal no deja minuto de reposo. Constantemente reproduce los males causados creando una situación continua de amargura, dolor y vergüenza, siendo dominado y absorbido por esa vibración, por ese sentimiento que es peor que cualquier mal físico al no encontrarle fin.
Tras esto llegará una nueva encarnación y así hasta que nos hayamos depurado bastante para ascender a planos mejores. El principio de afinidad lo rige todo en el plano espiritual y asigna a cada uno su lugar.
     Cuando nos centramos en una sola existencia, marcando un principio y un final, todo carece de sentido, caminamos en un laberinto con los ojos cubiertos dejándonos llevar por la fuerza de las pasiones, perdiendo oportunidades maravillosas de crecimiento espiritual. Así tan sólo tenemos una visión parcial de nuestra existencia, pero cuando subimos la montaña de la conciencia y observamos desde la cumbre la inmensidad de las existencias, la justicia divina resplandece; vemos lo que fuimos e imaginamos lo que seremos y desde esta perspectiva es desde donde tenemos que enfrentar con fuerza y valor las pruebas de esta encarnación que nos ayudarán a conocernos y a dominar nuestras pasiones.


¿Quién puede saber más de la muerte, sino los propios muertos? Pues bien, la voz de ellos es la que nos desvela todos estos misterios de la vida diciéndonos que no tengamos miedo a la muerte, ella nos reunirá a todos un día: “Aprovechad vuestra encarnación, trabajar y amaos, dedicad cada minuto en el bien, en sed mejores cada día ya que nada se pierde. Cada nuevo amigo sincero, cada lazo de amistad que afianzáis en la Tierra perdura en la eternidad e incrementa vuestra familia espiritual. Abrid el corazón a todos vuestros hermanos”.

M. Saavedra

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           A TENER EN CUENTA EN LAS                   REUNIONES MEDIÚMNICAS ( 7)                          


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El trece trata CANTIDAD DE PARTICIPANTES LIMITADA, COMPATIBLES CON LA NATURALEZA ESPECÍFICA DE LA REUNIÓN Y CAPACIDAD DE ARMONIZACIÓN DEL EQUIPO.

Allan Kardec no establece un límite determinado para el número de personas que pueden asistir a las reuniones, pero advierte de los perjuicios causados por la cantidad excesiva de participantes El Libro de los Médiums, tema 332).

Naturalmente, cuanto mayor sea ese número tanto más difícil será la homogeneidad de pensamientos. También tienen que ser considerados otros aspectos al establecer ese límite entre los cuales destaca el espacio físico disponible y la cantidad de médiums manifiestos.

En los grupos de muchos participantes, la posibilidad de que aparezca un número apreciable de médiums es mayor, y como el buen orden de los trabajos impone un límite a las psicofonías simultáneas, algunos de esos intermediarios tendrían que permanecer silenciosos e impedidos de actuar.

Herminio de Miranda afirma que el grupo puede estar constituido y funcionar bien hasta con dos personas, pues según las palabras de Cristo bastará con que dos o más se reúnan en su nombre para que Él esté en medio de ellos (Diálogo con las Sombras, cap. I El Grupo).

Existe la propuesta de que no se fije un número sino que se formen equipos adecuados y conscientes con el objeto específico de la reunión, para el cual el grupo sea convocado y que se tenga en cuenta, sobretodo, los compromisos asumidos, los cuales se van trazando con el tiempo.

El catorce atiende al punto MIEMBROS DEL EQUIPO NO COMPROMETIDOS CON PRÁCTICAS DE INTERCAMBIO ESPIRITUAL DE OTRAS INSTITUCIONES.

André Luiz propone, como uno de los requisitos previos para el participante de una reunión mediúmnica de desobsesión: Pertenencia a un solo grupo, evitando los inconvenientes del compromiso de desobsesión en varios equipos al mismo tiempo (Desobsesión, cap. 25).

La primera razón es de orden higiénico desde el punto de vista de la salud, ya que el médium debe preservarse de los excesos. Coincidimos en que hay personas dispuestas y saludables  capaces de ejercer más de un compromiso mediúmnico regular por semana. Sin embargo, es preferible que lo haga en el mismo Centro y bajo la misma dirección, para evitar las dificultades de orientación. Este punto es el que nos parece fundamental y que desaconseja el ejercicio mediúmnico en Centros diferentes: las orientaciones particulares y los prejuicios derivados de ahí, para el desarrollo del médium y la consolidación del Movimiento Espírita.

Si el trabajador se divide entre dos centros le faltara tiempo y motivación para cooperar  en otras tareas en el Centro de su elección, cuando lo tenga.

En la cuestión quince nos dice  que CADA MIEMBRO DEL EQUIPO DEBE SER CONOCEDOR DE SU FUNCIÓN Y DE TODAS LAS DEMÁS INHERENTES AL TRABAJO MEDIÚMNICO, NO SIENDO ACONSEJABLE LAS IMPROVISACIONES O DUPLICIDAD DE FUNCIONES.

André Luiz afirma: “Todos los componentes asumirán funciones específicas” (Desobsesión, cap.20)

Es totalmente indeseable la improvisación o duplicidad de funciones. Algunos compañeros han tenido la idea de que el médium también puede sustituir al adoctrinador. Ese hecho denota, sobretodo, desorganización, constituyendo una improvisación peligrosa, pues siendo el médium una persona ultra sensible puede, en un momento dado, verse envuelto por la Entidad sufridora cuando esté ejercitando el adoctrinamiento, en vez de mantener la sintonía con el Espíritu que necesita de atención.

Manuel Filomeno de Miranda, en el Prólogo de Cadenas Rotas, al trazar el perfil de un equipo mediúmnico define el campo de acción de los médiums y adoctrinadores llamando la atención sobre las cualidades específicas de unos y otros. A partir de esas enseñanzas, no vemos la forma de flexibilizar el campo de acción de los participantes, para que ellos hagan de todo.

A pesar de todo, si hubiese necesidad de ese servicio, los Guías Espirituales pueden modificar el campo de sintonía de un médium, de tal modo que él pase a ser un adoctrinador, pero este hecho se dará de modo permanente y duradero, y en esos casos la persona cambiará efectivamente de función, pero nunca se deberá ejercer ambas funciones simultáneamente.

( CONTINÚA....)

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DISTINCIÓN  ENTRE EL BIEN Y EL 

MAL

Estudio con base en el  libro tercero, cap. I de El Libro de los Espíritus (Allan Kardec)

Investigación: ClaudiaC y Elio Mollo


  Todas las leyes de la Naturaleza son leyes divinas, pues Dios es el autor de todas las cosas, siendo así, la ley natural es la ley de Dios y está escrita en la conciencia del hombre. Es la única ley que conduce al hombre a la felicidad, indicándole lo que debe o no hacer. El hombre solo se torna infeliz cuando se aparta de esa ley. Estando las leyes divinas escritas en el libro de la Naturaleza, el hombre podrá conocerlas siempre que desee buscarlas, pues ellas están escritas por todas partes. Es la ley natural que traza para el hombre el límite de sus necesidades.

La moral es la regla de buena conducta, es por medio de ella que hacemos la distinción entre el bien y el mal, pues se funda en la observación de la ley de Dios. Podemos decir que el hombre se conduce bien cuando objetiva el bien de si mismo y de sus semejantes, siendo así, el bien es todo lo que está de acuerdo con la ley Divina y el mal es todo lo que se aparta de ella, todo lo que la contraría.
El hombre tiene medios para distinguir por si mismo el bien y el mal, pues Dios le dió la inteligencia para distinguir el uno del otro. En el evangelio de Lucas 6:31, encontramos: "Tratad a todos los hombres como querais que ellos os tratasen". Observando esta enseñanza el hombre no se engañará.

Los Espíritus son creados simples e ignorantes. Por la ley natural y de acuerdo con su capacidad evolutiva el Espíritu posee el grado de libertad para elegir su camino, si escoge un camino que no este solidario con la ley natural, estará practicando el mal, así su peregrinación será más larga para alcanzar la perfección. Pero que no piense que será suficiente no practicar el mal para ser agradable a Dios, para asegurar una situación mejor en el futuro, es preciso hacdr el bien, en el límite de las propias fuerzas, pues cada uno responderá por todo el mal que hubiese ocurrido por causa del bien que dejó de hacer.

En esa peregrinación, existe la necesidad del apprendizaje, por tanto, pruebas naturales se presentarán en el camino. Es necesario que el Espíritu adquiera la experiencia, y para eso es preciso que él conozca el bien y el mal. No hay mérito sin lucha. Como el hombre necesita progresar, las pruebas a que está expuesto son un estimulante al ejercicio de su inteligencia, de todas las facultades físicas y morales, por ser llevado a buscar las formas de vencer estas pruebas, razón por la cual, existe la necesidad de la reencarnación. Es la urgencia de la misión que le cabe, en los más diferentes grados. Esas diferentes posiciones sociales existen en la Naturaleza y están de acuerdo con la ley del progreso y tienen en vista la armonía del Universo. Desde que esa diversidad está en el órden de las cosas es conforme a la ley de Dios, cabe a la razón distinguir las necesidades reales de las necesidades ilusorias.

Dios creó leyes repletas de sabiduría que no poseen otra finalidad sino el bien, de esta forma el hombre encontrará en sí mismo todo aquello que es necesario para seguir estas leyes, pues su camino será trazado por su propia conciencia que las contiene y, además de esto, Dios las recuerda siempre por medio de sus mesías, profetas y espíritus encarnados que tienen por misión esclarecerlo, moralizarlo y perfeccionarlo.

Donde no existe el bien, solo puede existir el mal, ya que este es definido como la ausencia del bien y siendo así, podemos afirmar que dejar de hacer el mal ya es el comienzo del bién.

No hay nadie que no pueda hacer el bien. Solamente el egoísta no encuentra ocasión para practicarlo. Cada día de la vida ofrece la posibilidad de ser útil en la relación social, en la medida de lo posible y siempre que el auxilio se hiciese necesario, pues el Espíritu, sea cual fuese su grado de adelantamiento, en la situación de reencarnado o en la erraticidad, está siempre colocado entre un superior que lo guía y perfecciona y un inferior ante el cual tiene los mismos deberes que cumplir.

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   A TENER EN CUENTA EN LAS REUNIONES MEDIÚMNICAS ( 8)  

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En la cuestión dieciséis entramos en el apartado de la dirección y adoctrinamiento y nos esclarece que el DIRIGENTE ENCARNADO  HA DE SER CON EXPERIENCIA EN EL ADOCTRINAMIENTO, CONOCIMIENTO DOCTRINARIO Y LIDERAZGO NATURAL, CAPAZ DE EJERCER LA AMISTAD SIN PRIVILEGIOS, Y DE ORIENTAR CON BONDAD Y FIRMEZA.

Esos requisitos no son todos los atributos de la función del dirigente. Allan Kardec se refiere con énfasis a la superioridad moral como condición indispensable para inspirar respeto a los Espíritus inferiores (El Libro de los Médiums, tema 279).

 León Denis propone que la dirección sea confiada a una persona bien dotada desde el punto de vista de las características psíquicas, con simpatía, y digna de confianza (En lo Invisible, 1ª Parte, cap. X).

Esa capacidad de atraer, congregar y estimular es propia del líder, aquello que deriva de su entusiasmo, de su ejemplo, y de su capacidad y eficacia para convencer, manteniendo la participación, pero es preciso que ese liderazgo no sea impuesto, sino cautivador.

El dirigente debe ser aquel en quien los Instructores Espirituales confían, constituyéndose delante del grupo como el representante de esos Espíritus, en el plano físico.

 ¡Inclinación a la fraternidad! Es exactamente la cualidad de no tener preferencias, a fin de que se puedan abrir los brazos para amar a todos como a un hermano o a un padre; ese es el papel del dirigente.

El apartado diecisiete nos habla sobre las ATENCIONES A LOS ESPÍRITUS SUFRIDORES, CONDUCIDOS DE FORMA AMOROSA Y SEGURA, CON TACTO PSICOLÓGICO A TRAVÉS DE DIÁLOGOS RESPETUOSOS Y OBJETIVOS.

 En el Prólogo de Cadenas Rotas, Manuel Filomeno de Miranda propone que los encargados de dialogar con los Espíritus estén dotados de lucidez para ofrecer un campo mental armonizado, a fin de facilitar la comunicación con los Instructores desencarnados y, de ese modo cooperarán con el modelo de programa, evitando discusiones infructuosas, controversias irrelevantes e innecesarias, o información precipitada y maliciosa al atormentado que ignora el trance grave de que es víctima.

 Ante este derrotero trazado por el Benefactor, exponemos algunas observaciones fruto de la experiencia y de otras enseñanzas recibidas de los Amigos Espirituales, las cuales proponemos seguir: El diálogo con los Espíritus sufridores debe ser desarrollado en un tono de voz natural, de forma coloquial, sin esforzarse en hacerse oír por todos los componentes del grupo.

 El adoctrinador no debe olvidar nunca que está conversando con un individuo que, no poseyendo ya un cuerpo físico conserva reacciones psicológicas similares a las de aquellos que aún están encarnados, necesitando, en aquel instante, una atención especial. Entonces es cuando debe transmitírsele comprensión y optimismo para que pueda superar sus dificultades en el tránsito desde la sepultura.

 Por lo tanto, se deben pronunciar las palabras con profunda delicadeza para mantener el desarrollo de las vibraciones, no olvidando ser parco en palabras, pero sin autoritarismo radical en las circunstancias de atención a los Espíritus malévolos e impenitentes de la Erraticidad. Hay que evitar explicaciones doctrinarias que parezcan discursos, y sobre todo, no hacer críticas ostentosas o veladas debido al estado de sufrimiento manifestado por la Entidad comunicante que está siendo atendida.

 Se debe actuar más con un sentimiento de bondad que con palabras duras; hay que dejar al Espíritu manifestarse para conocer la causa oculta del problema antes de tomar la iniciativa en la comunicación, para ayudarle correctamente.

No se debe preocupar en identificar quien es la personalidad sufridora que se comunica, pues el trabajo de intercambio espiritual tiene por base la caridad anónima.

        ( CONTINÚA....)

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